Cuando tomamos la decisión de tener una mascota hay varios factores a tener en cuenta: Debemos disponer de tiempo, un espacio adecuado, momentos de paseo, actividad física, atención veterinaria y las comodidades que estos necesitan. Adoptar es un acto de responsabilidad y compromiso, por lo tanto hay que evaluar que tan capacitados estamos realmente para hacerlo. Un perro suele vivir entre 14 y 18 años, durante este tiempo dependerá casi en un 100% de tu ayuda.
Muchas veces pensamos que es un buen regalo, que puede hacer feliz a alguien, pero no pensamos en tantas otras cosas importantes, solo tenemos en cuenta el ¨REGALO¨, que en realidad es un ser vivo que tiene emociones.
Lo más recomendable es elegir uno que este orientado a nuestro estilo de vida. A menudo creemos que un cachorro es lo más adecuado porque podemos educarlo a nuestra manera, terminamos dejando de lado a los adultos y a los de edad mas avanzada, sin tener en cuenta que muchas veces son la mejor opción.
Un cachorro demanda mucho tiempo y dedicación. Comen más de dos veces al día, suelen llorar por las noches, mastican objetos. Requiere de mucha paciencia y tiempo para poder enseñarles correctamente las cosas básicas que un perro adulto generalmente ya las aprendió. Aunque es comprensible que sean siempre los favoritos, podemos ver su crecimiento y compartir más etapas de nuestras vidas con ellos.
En cambio un perro adulto es mas probable que se adapte fácilmente a su nuevo hogar y sean más dóciles a la hora de convivir, pues poseen mas autocontrol que los cachorros y los jóvenes. La mayoría aprende de manera adecuada las ordenes básicas, no presentan problemas a la hora de dormir y no requieren de tantos cuidados como un cachorro, es un perro con el carácter formado.
Si vamos a los perros en edad geriátrica, son una excelente opción si lo que necesitas es seguir disponiendo de tu tiempo. Suelen dormir mucho y son muy sedentarios. Su tiempo de vida es menor, pero seguramente estuvieron esperando la oportunidad de tener un hogar.
En este momento me ofrecí como transitante y tengo el honor de cuidar a Preto, es un abuelito de 12 años aproximadamente. Es un perrito muy bueno y agradecido. Sus ojitos cambiaron, ya no tienen tristeza. Adoptar o transitar es darle una nueva oportunidad a un gran amigo que nunca te va a defraudar.
Los perros abandonados o maltratados vienen con dolor y desconfianza en la mirada. Nuestro deber es volver a hacerles creer en el amor de los humanos, que la mayoría de las veces no los merecemos.
Adoptá, no compres.