Cómo enfrentan la pandemia los atletas

Por Fundación Salud, Deporte y Educación

El ejercicio se volvió muy popular en cuarentena. Para quién trabajan varias horas frente a una computadora significa una distracción, una manera de relajarse o descargar energía. Pero existe un gran número de personas que dedican su vida a una disciplina o incluso trabajan practicando un deporte y con el aislamiento social y obligatorio se vieron impedidos de ejercer su pasión.

Desde FuSaDE consultamos a atletas de diversas disciplinas sobre cómo entrenan, qué tanto lo afectó la cuarentena y cómo subsisten económicamente.

Azul Benítez, jugadora de vóley. Nació en Mar del Plata, tiene 22 años.

Inicios en el deporte: “Empecé a jugar al vóley porque mi mamá era parte del equipo de mami vóley de mi colegio. A los 19, me vine a Buenos Aires a jugar en San Lorenzo y el año pasado empecé a ser parte de equipo de River Plate”.

Su presente en la Selección Argentina: “Cuando tenía 15 años, di mis primeros pasos en las Selección Menor. Fue algo que creía imposible, era un sueño para mí. A partir de que empecé en las inferiores ya me veía capacitada para, algún día, poder llegar a jugar en Las Panteras. Finalmente, el año pasado, fui convocada por la Selección Mayor y viajé a la Copa del Mundo en Japón”.

Cómo modificó el coronavirus su vida deportiva: “Estoy entrenando con River a la tarde y con la Selección al mediodía. Casi siempre, son días intercalados, aunque la semana pasada y la anterior tuve que hacer algunos turnos dobles. Dentro de todo, vamos llevando bien la parte física pero va a ser muy duro volver, vamos a estar bastante más duras. Va a ser como volver de las vacaciones”.

Su economía: “En River cobramos una beca deportiva y nos van a seguir pagando hasta que termine la Liga. También cobró una beca por ser jugadora de la selección”.

Reprogramación de la agenda deportiva: “Estamos pasando por una situación crítica en el país y a nivel mundial y las condiciones no están dadas para que podamos retomar nuestras disciplinas ni competir”.

Tokio 2020: “El cuerpo técnico nos iba manteniendo al tanto de la situación de los Juegos Olímpicos y cuando salió la noticia de la postergación nuestra capitana mandó una nota donde decía que Tokio 2020 se pasaba para 2021. Nos pareció que era lo mejor y sabemos que va a ser durante las mismas fechas para que no se superponga con ninguna liga nacional”.

Sobre la cuarentena: “Estoy acostumbrada a estar activa, a entrenar todos los días y a gastar mucha energía. Ahora que solo puedo hacer el entrenamiento físico y a veces tocar la pelota, que es algo que estoy tratando de hacer la mayor cantidad de tiempo posible, se hace difícil. Llego a la noche con sobrecarga de energía, algo que habitualmente no tengo”.

Maximiliano Pellegrino. Basquetbolista .Porteño, 33 años.

Pasión heredada: “El rol de mi padre (Vicente Pellegrino, jugador de Ferro y Obras) en el deporte influyó mucho. Nací con una pelota de básquet en la mano y seguir este camino siempre fue lo natural para mí. Si bien mi madre (Patricia Ombroni) fue una voleibolista de selección, yo ya tenía el claro que quería dedicarme al básquet”.

Torneo Federal de Básquetbol: “Hace seis años juego en River. Mi posición es la de alero. Fue algo muy importante para mí porque con mi hermano somos fanáticos del club desde chiquitos y se nos dio la posibilidad de jugar juntos. Poder caminar por los pasillos del club es algo único, lo disfrutamos muchísimo”.

Inseparable de su hermano, Gianluca: “¿Pros y contras de jugar con mi hermano? No hay nada negativo; veo muchas ventajas. Nos entendemos mejor y podemos disfrutar juntos porque siempre está toda la familia mirándonos. Es algo muy lindo. Nos complementamos bien y nos exigimos mutuamente”.

Entrenamiento en cuarentena: “Este parate nos complica mucho como deportistas. Los jugadores veníamos con un ritmo y cuando tengamos que volver van a ser falta un par de semanas para poder estar en aptos y condiciones deportivas. También complica los calendarios porque hay muchas competencias que no pueden completarse. En River se creó una página de Facebook donde los entrenadores nos van subiendo los videos con rutinas. También el cuerpo técnico nos dio un cuaderno para realizar ejercicios. Estamos en contacto con el psicólogo que nos recomienda libros o está disponible para charlas. Además, yo estoy en una rehabilitación de una cirugía lumbar y tengo línea directa con el kinesíologo mediante videollamada”.

El capitán: “Desde hace cinco años que cumplo este rol y es algo muy lindo, lo disfruto mucho. Tengo la suerte de tener un grupo bárbaro, muy unido. Estamos en contacto todo el tiempo. La verdad, al ser un grupo tan bueno, facilita todo”

Ingreso económico: “Percibimos una beca deportiva por parte del club y se están portando muy bien con nosotros. Sería muy complicado de otra forma porque todo el equipo vive, en mayor o menor medida, del básquet. Por ahí, no son los números que se manejan en el fútbol pero nos dedicamos a esto, lo necesitamos y el club cumple”.

Lo que deja el aislamiento social y obligatorio: “Afecta un montón. Se extraña desde compartir con tus compañeros a estar con los familiares. Pero es un tiempo en casa que se puede aprovechar para hacer otras cosas que durante el año no podemos. Hay que tomárselo con tranquilidad y positivamente. Si se respeta todo, las cosas volverán a la normalidad”.

“Maripi” Hernández. Jugadora de hockey. Nacida en Capital Federal, tiene 43 años.

El club, su segundo hogar: “Empecé a jugar al hockey a los siete años, en el Club Deportiva Francesa. Mi papá jugaba al rugby ahí. Vengo de una familia bastante deportista y en ese club se practicaban esos dos deportes. No me quedó otra. Pero desde los siete años que no paré de jugar al hockey. Después pasé al Buenos Aires Cricket Rugby Club, donde juego hace más de veinticinco años. BACRC significa para mí muchas cosas: mi segunda casa, donde voy todos los fines de semana, donde juegan mis hijas, mi marido jugaba al rugby ahí. Mi familia nació a partir del club. Es donde disfruto acompañada o sola. Los domingos voy a almorzar”

Su paso por Las Leonas: “Soy feliz de haber formado parte de los inicios de Las Leonas, cuando se formó el nombre. Fue increíble cómo repercutió en la gente ese equipo. Fueron más de diez años representando a la Argentina y fue bastante natural para mí. Se dio todo de forma gradual para mí. Pude estudiar y recibirme de profesora de Educación Física. Por ahí dejé algunas cosas de lado pero nada se compara con vestir esa camiseta, jugar mundiales y juegos olímpicos. Teníamos un grupo espectacular. Es después también lo viví como algo bueno: enseguida me casé, formé una familia y pude ejercer lo que había estudiado. Ese cambio no fue dramático para mí si no que fue cerrar un ciclo y empezar otro. Lo que sí, nunca pude dejar de jugar al hockey. Es mi cable a tierra y el momento que tengo para disfrutar. Me encantaría hacerlo hasta que el físico me acompañe”.

Una nueva vida deportiva: “La cuarentena modificó todo porque teníamos un objetivo muy específico con el equipo y con club: ascender de categoría. Veníamos con un buen impulso del año pasado, habíamos hecho una re buena pretemporada, nos estábamos entrenando un montón, con mucho compromiso. En mi caso particular, con lo que significa para mí dejar mi casa tres noches por semana, durante tres horas, más los sábados. Era un esfuerzo grande que valía la pena. Ahora, todo se modifica. No sabemos cuándo va a retomar todo”.

Entrenamiento: “Todos los días me mantengo activa. Nuestro preparador físico nos manda rutinas que las cambia bastante seguido para mantenernos motivadas y con distintos planes. Hay un día de descanso, siempre. Para mi cabeza ayuda mucho entrenarme y tener ese rato para mí. Físicamente, no nos manejamos vía Zoom pero sí con planes de trabajo. Y todos los días cada una manda lo que hizo con foto o video. Eso te contagia. En lo técnico, a veces, agarro el palo y la bocha para jugar con mis hijas y con el equipo, hacemos reuniones, con algunos videos y con análisis de jugadas. Estamos armando un diccionario propio de las palabras que usamos y nuestro sistema de juego. Lo trabajamos en charlas reducidas. Te mantiene en el tema y concentrada para lo que venga”.

Más allá del fútbol: “Este es un país súper futbolero y las demás disciplinas estamos acostumbradas a que se hable de fútbol y nada más. La realidad, no me lo tomo personal. Lo bueno es que gracias a las redes sociales hay posibilidad de acceder a un material más variado, que no es solo futbolístico, lo que está siempre en la tele. Me encantaría que se amplíe la comunicación deportiva porque, en cuanto a lo femenino, se abrió mucho la posibilidad de que las mujeres nos desempeñemos en otras áreas”.

Kevin Schvartzman Palista Tigrense, 25 años.

Orígenes: “Soy parte del Club Náutico Hacoaj y mis inicios en el deporte surgieron por mi hermano mayor, que también hace canotaje. Cuanto tenía siete años fui a ver su entrenamiento, me gustó, lo probé y me apasionó. Desde entonces, nunca más me baje del bote”.

Última competencia: “Fue la Regata Internacional del Río Negro, que pertenece al calendario de la I.C.F., en la disciplina de maratón. Es la regata más larga del mundo. Pude viajar gracias al apoyo de FuSaDe, así que siempre aprovecho la oportunidad para agradecerle a Matías Barreiro por su confianza. Por suerte, pude competir antes de la pandemia”.

Lejos del agua: “La cuarentena afectó bastante mi vida deportiva. No podemos realizar específicamente nuestro deporte, que incluye bajar al río y remar. Pero le estoy buscando la vuelta para poder mantenerme físicamente. Estoy haciendo entrenamientos en mi casa. Y junto a mi entrenador y preparador físico vamos armando diferentes planes para poder llevar de la mejor manera esta cuarentena y perder lo menor que se pueda físicamente. Así cuando termine todo esto podemos retomar los entrenamientos y continuar con los objetivos que teníamos para el resto del año”.

Sustento económico: “También soy entrenador en el Club Náutico Hacoaj, en el equipo promocional de canotaje, que son los más chiquitos, hasta los 14 años. Con ellos estamos entrenando a distancia. Hacemos todo por Zoom. Y como el Club sigue cobrando las cuotas y nosotros estamos trabajando a distancia, recibimos la paga como todos los meses”.

¿Y la mente?: “Obviamente, psicológicamente me afecta muchísimo. Pero hay que quedarse en casa. Todos queremos volver al río, remar, estar con amigos, un abrazo y un saludo. Es lo que más se extraña de la vida normal”.