En medio de la situación que se vive a nivel mundial debido al COVID-19 y la elevación a pandemia a nivel global, la ciudad de Nueva York, una de los lugares más turísticos fue modificando su ritmo con el pasar de los días.
Hasta el jueves 12 de marzo los turistas seguían recorriendo sus calles, los locales abiertos en su totalidad, estaban a la venta entradas para todo tipo de espectáculos, Continuaba siendo difícil conseguir ticket para los show de Broadway. Toda la Gran Manzana mantenía su curso normal.
El viernes 13 los comercios continuaban abiertos pero se veía a quienes atendían tomando más recaudos de lo habitual, utilizaban guantes látex y limpiaban con desinfectante cada pantalla y mostrador luego del paso de los clientes. Se cancelaron las sesiones de teatro y acto seguido los museos y demás espectáculo a nivel masivo. Al salir a la calles se notaba que la circulación empezaba a disminuir. En el metro de Nueva York ya no el mismo caudal de lo habitual y en las farmacias se comenzaban a vaciar los estantes de medicamentos como vitamina C, paracetamol y todo tipo de remedio para combatir los síntomas de la gripe. Además de materiales preventivos como guantes de látex, alcohol en gel y barbijos ya no había disponibles hace una semana atrás.
Lugares como Battery Park estaban casi desiertos, se podía caminar por Times Square sin chocar a nadie, los fines de semana en el Soho eran como un día de semana de completo invierno, todo se vio reducido, lo mismo pasaba por el barrio de Chinatown.
Las atracciones donde continuaba viéndose gente, aunque menos de lo habitual, era en espacios abiertos como Central Park, Cruzando el puente el Brooklyn a pie, atracciones como The Vessel (escultura al aire libre con escaleras infinitas) caminando por Highline, la gente sentada al solcito de las parques como el Madison square park o Washington park, toda actividad al aire libre comenzó a ser la opción para los pocos turistas que quedaron en la ciudad, ya no se ven más esas postales de la ciudad repleta de gente, más bien las calles se asemejan al horario de la siesta en el interior de nuestro país.
Los residentes te recomendaban tomar precauciones, los hoteles se mostraron comprensivos con las cancelaciones, como también las empresas dedicadas a compras online y la gran mayoría se han solidarizado con lo referente a este virus y las medidas uno debe tomar.
Ya para el sábado 14 la situación comenzaba a cambiar, los locales cerraban sus puertas, la gente quería volver a sus ciudades porque luego no sabía cuándo lo podría hacer y de a poco la ciudad se veía más vacía, si con algo más de tráfico porque ya casi nadie toma transporte público y la mayoría decide moverse en taxis y servicios de remises.
Nueva York no apagó sus luces, solo se aquietó el movimiento y la ciudad entro en modo concientización, ya nadie abre las puertas con sus manos, todos con los codos, la espalda, las piernas, algunos hasta esperan pase alguien para poder escabullirse sin tocar nada y si es que donde sea que estemos debemos cuidarnos entre todos, ser solidarios y evitar salir de casa y si lo hacemos que sea para realizar alguna actividad al aire libre . Quienes vengan de sus viajes realizar la cuarentena obligatoria y sobre todo ser conscientes y tomar todas las medidas de precaución indicadas por los especialistas para evitar la propagación. Sabemos es hermoso viajar pero también hay que saber que hay tiempo para todo.