30 horas de vuelo hasta Bangkok, con una escala de tres horas en Dubai, pasamos la noche, para descansar y seguir. Una vez en Tailandia, aprovechamos ese tiempo para conocer la ciudad, el templo Gran Palace, y probé por primera vez los masajes tailandeses que te los hacen en el medio de la calle, ahí nomas. Es un choque cultural, para el que está acostumbrado a vivir en la capital federal. Se vive de otra manera, con mucho menos.
La gente es súper amable, educada y trabajadora. Es admirable cómo salen a trabajar para ganarse la vida. Abren sus tiendas temprano, hasta la noche, muchas horas. Venden ropa estilo hindú y adornos estilo budista que es a quien le rezan. Tuve que comprarme una pollera larga y una camisa con mangas para poder ingresar al templo. No está permitido entrar en short o musculosa.
Nadie fuma en las calles ni escupe. Y te multan si lo hacés. Incluso en zonas de mucha pobreza, es admirable el nivel de educación que vi y las ganas de ganarse la vida trabajando. Me llama mucho la atención, ( aunque también lo vi en otros países como Perú) que no hayan tantas leyes en el tráfico. En las avenidas mano y contramano, podes doblar para dónde quieras, sin semáforo. El que para primero el tránsito contrario, se manda. ¡Y nadie choca¡ Muy distinto a nuestra circulación.
Me encanta conocer otras culturas. Si bien me gusta las comodidades, no tengo problema en ir a un hotel dos estrellas, como vine a Bangkok. Me adapto a todo.
Más tarde, pase por China Town, se me rompió la ojota en la calle de tanto caminar, y estaba lleno de ratas por las alcantarillas. Mi amiga me subió en sus espaldas, estilo cococho, y cruzamos a una tienda a comprar otras. Lejos de espantarme ,nos agarro un ataque de risa. Además de los paisajes hermosos que tiene Asia, lo más lindo que me llevo de los viajes, son las anécdotas y las historias para contar. Creo que eso es lo mejor que tiene la vida. Siempre le pido a Dios, que me regale experiencias maravillosas, más que cosas materiales.
En mis redes, mis seguidores están preocupados, y me preguntan si no le tengo miedo al Coronavirus. Acá andan todos con barbijos. Yo también lo uso en lugares cerrados y muy transitados. Soy consciente de las medidas de prevención y las pongo en práctica. Lavarse las manos todo el tiempo, usar alcohol en gel y evito consumir carnes o alimentos crudos. Ya vengo haciéndolo desde hace un tiempo, pero mucho más evito hacerlo acá. En todos los aeropuertos, el personal usa barbijos. Hay hasta barbijos con diseños súper cancheros. Los que más los usan , son los chinos. Los tailandeses, no todo el tiempo.
El virus, ya llegó a Brasil. Tenía planeado este viaje hace un año, lo organizamos con mis amigas con mucho esfuerzo. Soy preventiva y confío en Dios.