La historia de Zozo es un claro ejemplo de que algunos animales llegan a establecer vínculos especiales con sus dueños. El perro, cuyo dueño falleció en febrero de 2014, ha estado la visitando desde entonces la tumba su dueño y probablemente mejor amigo.
Los miembros de la familia, que se han hecho cargo del animal tras la muerte de su dueño, aseguran que encontraron a Zozo echado sobre la tumba de su dueño en un intento por acercarse lo más posible a su fiel amigo. El hijo del dueño de Zozo comentó que visitaron juntos la tumba varias veces, pero asegura que el perro va todos los días a un cementerio de Turquía independientemente del clima.
Zozo le era fiel a su humano, İsmail Öztürk, un hombre turco que falleció hace varios años. La muerte del hombre fue inesperada, y toda la familia quedó devastada por su partida. El perro fue el más afectado; ya que ha estado deprimido durante los últimos años después de perder a su mejor amigo.
Desde entonces, cada día, Zozo y Zafer Öztürk, el hijo del difunto, visitan la tumba de İsmail, el cual fue sepultado cerca a la casa de la familia. Y cada día Zozo se acuesta en la parte superior de la tumba completamente inconsolable y muy triste. Él parece estar muy desesperado por quedarse cerca de su humano, y el corazón de Zafer se rompe cada vez que ve a Zozo echado en la tumba.