La historia real del Conde Drácula no es sobre vampiros ni nada sobrenatural: simplemente trata sobre un hombre tan sanguinario y despiadado cuyos actos terriblemente crueles superan, por mucho, la ficción de las películas.
Vlad Tepes III nació en 1413 en la región histórica de Transilvania, fue príncipe de Valaquia y un gran luchador en contra del expansionismo otomano. Fue apodado por sus enemigos como "Vlad el empalador" y el escritor Bram Stoker se inspiró en este príncipe para crear el famoso personaje del Conde Drácula que hemos conocido hasta ahora.
Su padre, el Conde Dracul (que en rumano antiguo significa "Dragón"), entregó a dos de sus hijos, Vlad y Radu, a los ejércitos turcos como garantía de su sumisión al Sultán. Así que la infancia del príncipe estuvo marcada por muerte, asesinatos, malos tratos y torturas. Se dice que fue aquí donde aprendió la técnica del empalamiento, práctica que lo haría famoso pocos años después.
La historia nos dice que Vlad llegó a ser Príncipe de Valaquia gracias al apoyo de los ejércitos turcos, a partir de allí se convirtió en uno de los príncipes más temidos de la época, sus enemigos y todo aquel que no cumpliera con lo que el príncipe estipulaba morían de una de las formas más lentas y dolorosas que puede haber: empalados.
Cuentan algunas leyendas que masacró entre 40.000 y 100.000 personas. Fue implacable, en las ciudades en las cuales no lo aceptaban como su nuevo Príncipe, procedía a empalar a hombres, mujeres y niños por igual. Siempre realizaba esto con grandes números de personas, configurando macabros "bosques de empalados" que helaban la sangre de sus enemigos (e imaginamos que también de sus aliados, claro).
Solía organizar empalamientos multitudinarios con formas geométricas, una serie de anillos concéntricos alrededor de la ciudad era la forma más común. Pero el Príncipe Vlad no solamente empalaba a sus enemigos, también le gustaban otras técnicas de tortura, las cuales aplicaba generalmente en la intimidad de su castillo. Algunas de esas técnicas eran: extracción de ojos con ganchos calientes, amputación de miembros, orejas y narices, estrangulamiento, quemar vivas a sus víctimas, en el caso de las mujeres, le gustaba especialmente amputarles los senos y cortarle los genitales.
El mayor enemigo de Vlad, aquel al que no pudo vencer, fue Mehmed II. Tras ser derrotado, El Empalador pasó algunos años en prisión y exiliado. En 1476, trató de recuperar Valaquia con el apoyo de los moldavos y consiguió, por un breve período de tiempo, el trono que le "correspondía". La victoria fue muy corta, pues poco después fue asesinado.
Hay muchas versiones acerca de la muerte del protagonista de la verdadera historia del Conde Drácula. Algunas señalan que murió cuando se dirigía a librar otra batalla contra los ejércitos otomanos, cayendo en una emboscada donde sus enemigos acabaron definitivamente con su vida. De acuerdo con las anécdotas sobre Vlad recogidas por Antonio Bonfini en Historia Pannonica (1495), Vlad El empalador fue decapitado y su cabeza enviada a Mehmed II. En cualquier caso, se desconoce dónde yacen sus restos mortales.