Historias de francotiradores: del récord mundial al mítico disparo del soldado irlandés Thomas Plunkett

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Un francotirador ruso llamado Andréy Ryabinsky ha batido el récord mundial al efectuar un disparo que ha alcanzado un blanco situado a 4.210 metros de distancia. El disparo se efectuó con un rifle SVLK-14S, especialmente diseñado para lograr el máximo alcance posible.

Pero, ¿es este realmente el mejor disparo realizado nunca? Si tomamos en cuenta tan solo la distancia a la que se ha efectuado, sin duda. Pero existen otros factores que pueden tomarse en consideración, y que hacen que
muchos historiadores consideren que el disparo más certero y mortal jamás realizado es el que hizo Thomas Plunkett en 1809, durante la Guerra de la Independencia Española.

Plunkett fue un soldado irlandés que sirvió en el 95 Regimiento de Fusileros Británicos, durante las guerras napoleónicas. Y en 1809, durante la batalla de Cacabelos, cuando los británicos se retiraban hacia A Coruña, acosados por las tropas de Napoleón, mató de un impresionante disparo al general francés François Colbert. El blanco estaba situado algo más de 600 metros, casi nada si se compara con los 3.400 del disparo efectuado por el francotirador canadiense. Pero hay que tener en cuenta que Plunkett mató a su víctima con un rifle Baker, cuya precisión distaba mucho de ser la de las armas actuales.

Para llevarlo a cabo, tuvo que tumbarse de espalda y apoyar el arma sobre una pierna para estabilizarla. Se esperaba que el fusil Baker fuese capaz de alcanzar blancos hasta 183 metros (muchísimo menos que los 600 a
los que se encontraba el general francés). El mosquete era bastante preciso en distancias medias, pero su efectividad se reducía mucho conforme crecía la distancia. De hecho, para aumentar las probabilidades de acertar, se disparaban filas de hasta 60 mosquetes, con la intención de que algunas balas golpearan los objetivos previstos. Por todo eso, parece que el disparo de Plunket fue más complejo de realizar. De hecho, en su momento, se consideró que había sido algo casi milagroso.

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