Tres historias de vida: ¿Cómo correr puede cambiarnos la vida?

No sólo se trata de quemar calorías y reforzar los músculos: correr produce un sinfín de efectos secundarios inesperados. Tres historias de transformación, de mujeres que inspiran

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"Si supieras las cosas lindas a las que me animé al volver de cada entrenamiento", escribió en su cuenta de Facebook Ana Correa, comunicadora y corredora amateur, en agradecimiento a su coach. Esta profesional de la comunicación asegura que el Running marcó un antes y un después para ella. Como buena periodista, a Ana le gusta escribir, pero no toleraba demasiado la exposición. Sin embargo, en los últimos años se animó a publicar textos íntimos muy personales, y hoy hasta conduce un programa de radio todos los viernes junto a Gonzalo Heredia. Cuenta que justamente los momentos cuando más le aparece el valor de afrontar desafíos nuevos son después de correr, y que sus amigos y compañeros de trabajo ya están acostumbrados a este efecto de reordenamiento de ideas. "Creo que es un poco por las hormonas que se liberan cuando hacemos ejercicio, pero también por la posibilidad de aislarse del estrés y de la presión que uno se impone. Cuando corro no tengo el celular conmigo, me concentro en algún desafío mínimo y alcanzable que no tiene que ver con los social ni con lo intelectual". Y por último, remata: "Muchas de las locuras más lindas y osadas que se me han ocurrido en los últimos años fueron al volver de correr".

Su amiga Analía Vasallo, flamante maratonista, y miembro del mismo Running Team, aporta también lo suyo: "De lo único que me arrepiento en esta vida es de no haber empezado antes a correr". Analía es socióloga y una viajera compulsiva desde siempre. Recién pasados los 45 descubrió el encanto del running. Desde entonces, no paró más. Hoy combina sus dos pasiones y el año pasado con 51 se dio el lujo de correr su primera maratón en una ciudad que ama, la misma tierra de los récords del mundo: Berlín. Jamás pensó que a la edad en que la mayoría de la gente se queja por los efectos de los años, ella se sentiría cada vez mejor, además de capaz de completar carreras de 42 kilómetros, algo que le hubiera parecido imposible en la juventud. Analía de joven era muy flaca, pesaba apenas cincuenta kilos. Con los años empezó a engordar y llegó a subir catorce kilos. "Yo pensaba que era así, que envejecías y engordabas", cuenta Vasallo, entre risas. Pero se volvió corredora y hoy se lleva mejor con su cuerpo que a los veinte. Recuperó la silueta estilizada, y también la confianza en sí misma.

Tanto Analía como Ana además de las mejoras físicas y psicológicas, encontraron en la actividad un espacio para conocer gente nueva, hacer amigos, y viajar y divertirse como en la infancia o adolescencia. Y no son las únicas súper agradecidas del Running. "Para mí no es sólo un hábito saludable, es una necesidad, un estilo de vida", jura Paola Consiglieri, profe y corredora. Paola cuenta que hace doce años su vida era muy distinta. Trabajaba todo el día y daba clases en la facultad donde se recibió de diseñadora gráfica. Algo le faltaba. Un día empezó a trotar para despejarse y notó que le hacía bien para acomodar ideas, que le daba energía, la hacía sentirse mucho mejor. Sin saberlo, se anotó en su primer carrera y fue ahí donde entendió que el curso de su vida debía virar por ese camino. También gracias al running conoció a su pareja, Santiago Cisneros, reconocido atleta y entrenador, su compañero de vida, y padre de sus hijos. "Con Santi armamos una hermosa familia, un running team y también una asociación atlética", cuenta Paola con un brillo especial en los ojos. "Viajamos con amigos, entrenamos juntos, competimos en pista, calle, y montaña. Nos sentimos libres. En nuestra familia se respira running y atletismo a diario".

Paola cree que nada de eso hubiera llegado de haber seguido enfocada en su profesión anterior. También señala que cuando no corre por períodos largos, se siente cansada y sin fuerzas. Pero que al retomar, recupera enseguida la energía para todo. Ella sostiene que es exactamente al revés de lo que todos creen, que correr más que cansar, descansa. Porque permite encarar las tareas diarias con más ganas y tranquilidad, además de ayudar a pensar y dormir mejor. Como coach y como corredora, Paola vive cada entrenamiento, cada carrera, cada clase, con compromiso y felicidad en mismísimas dosis. "El running me dio además de salud y fuerza; amigos, trabajo, una pareja y una familia. Sin dudas correr cambió y mejoró mi vida para siempre", concluye.

Ana, Analía y Paola son sólo tres hermosos ejemplos de los tantísimos casos de vidas transformadas favorablemente por el Running. Sin dudas los efectos del correr pueden trascender lo físico y deportivo. Y coinciden muchos en esto: "Sólo es cuestión de animarse a empezar".

Por Carolina Rossi, entrenadora nacional de Atletismo ISDE, entrenadora
IAAF y corredora / www.carolinarossi.com.ar

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