Desde hace tiempo la comunidad médica ha identificado varios factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo de padecer un problema cardiovascular, tales como la diabetes, la presión alta, el colesterol elevado, el tabaquismo, el sedentarismo o bien la obesidad. Sin embargo, poco se conocía sobre la relación entre las horas de sueño y las chances de padecer una afección en el corazón.
Esta inquietud ha surgido a partir de que en Estados Unidos aproximadamente 50 a 70 millones de adultos tienen trastornos del sueño o insomnio. Asimismo, en una encuesta entre 74.571 adultos el 35% informó haber tenido menos de siete horas de sueño durante un período de 24 horas.
Los expertos han detectado una relación entre la cantidad de horas de sueño y los problemas cardiovasculares. Peor aún, se pudo evidenciar una asociación entre el tiempo de sueño y el riesgo de muerte de las personas. Se identifican tres categorías de sueño según la duración del mismo. Las personas que duermen menos de seis horas, las que duermen más de nueve horas y un rango intermedio entre siete y ocho aproximadamente.
Los resultados han demostrado que el grupo con menor duración del sueño están más propensas a presentar problemas cardiovasculares o mayor riesgo de mortalidad. Llamativamente, lo mismo sucede con la población de mayor duración de sueño. Siendo los más beneficiados los que logran una duración entre siete y ocho horas por día. Esto es lo que en medicina se denomina una relación en forma de "U", ya que los extremos de las horas de sueño son las más afectadas con el riesgo de padecer más problemas de salud.
Si bien no se ha podido establecer en forma fehaciente los motivos de estos resultados, se cree que podría deberse a alteraciones endocrinas y metabólicas, tales como una disminución en la testosterona y en la secreción de melatonina. Por otro lado, estudios han demostrado que una corta duración del sueño se asocia con daño de las arterias, favoreciendo la generación de infartos de corazón o accidentes cerebrovasculares.
Estos estudios resaltan la importancia de desarrollar programas de educación y vigilancia adecuada de los patrones de sueño de la población A continuación se detallan algunos consejos útiles para mejorar la calidad y
duración del sueño:
1. Acostarse a la misma hora cada noche y levantarse a la misma hora cada mañana.
2. Realizar actividad física, pero evitar el ejercicio intenso horas antes de acostarse
3. Evitar comidas excesivas antes de acostarse.
4. Evitar el consumo de cafeína cerca de la hora de dormir.
5. Evitar el consumo de alcohol. Si bien es un depresor del sistema nervioso, y al principio "ayuda" a conciliar el sueño, al desaparecer su efecto favorece a que no se logre mantener el mismo.
6. Evitar el uso de nicotina o consumo de cigarrillos.
Doctor Nicolás González, especialista en cardiología. MN 126.909. Twitter: @drnigonza