La mayor isla fluvial del mundo, Majuli, podría desaparecer. Durante los últimos 70 años, se ha encogido a la mitad de su tamaño y preocupa que se sumerja del todo en las próximas dos décadas. La isla está constantemente amenazada a causa de la erosión constante del suelo en sus orillas. Se cree que la culpa de esto es de los grandes diques construidos en el río Brahmaputra para proteger los pueblos durante el monzón,
pero entonces la devastación del río la recibe la isla. Desde 1995, 35 pueblos han sido destruidos por las riadas. Y mientras las autoridades indias intentan pensar cómo salvar la isla, su vida podría haber sido incluso más corta si no fuera por este activo ecologista local.
En 1979, Jadav Payeng, que tenía 16 años, encontró muchas serpientes muertas a causa del excesivo calor tras las inundaciones, y sus cadáveres llegaron a las arenosas orillas de la isla. Entonces, hizo su misión vital salvar la isla de Majuli de la erosión plantando árboles. Trabajando incansablemente cada día, ha plantado 550 hectáreas de bosque: más que toda la dimensión del Central Park en Nueva York, que tiene 340 hectáreas. En ese bosque ahora viven tigres de Bengala, rinocerontes indios y lo visitan cien elefantes regularmente.
Hasta 2007 su proeza se mantuvo en el anonimato, hasta que el fotógrafo de vida salvaje y periodista, Jitu Kalita, se encontró con Jadav Payeng cerca del río Brahmaputra y conoció su historia. Según cuenta Europa Press, Jitu hizo un documental del "hombre bosque", apodo con el que era reconocido, donde contó que se gana la vida vendiendo leche y que luchará hasta su último aliento por defender el bosque de cazadores furtivos y madereros ilegales.
"Los humanos consumen todo hasta que no queda nada. Nada está a salvo de los humanos, ni siquiera tigres o elefantes", dijo Jadav sobre la falta de respeto con la naturaleza de algunas personas.