La trágica historia del hijo de Eric Clapton y la maravillosa canción que compuso tras su muerte

Conor Clapton se cayó de un piso 53 mientras jugaba

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Eric Clapton es, probablemente, uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, y, sin duda, uno de los más afamados. Tanto con el grupo CREAM como en solitario ha tenido una prolífica carrera llena de éxitos y ha compuesto algunas de las canciones más reconocibles de finales del siglo XX. Una de ellas, "Tears in Heaven", sin embargo, surgió a partir de un auténtico drama que el propio Clapton y su familia vivieron en primera persona.

A mediados de los años 80, Eric Clapton conoció a la modelo Lori del Santo, con la que mantuvo una relación fruto de la cual tuvieron su primer hijo. A pesar de que el guitarrista pasaba por un momento turbulento de su vida, acabando de salir de rehabilitación, su primer hijo, Conor Clapton, nació en 1986. Sin embargo, la pareja se separó cuando tenía tres años. Pero un tiempo después, la madre y el niño viajaron a Nueva York invitados por el cantante, que tenía la intención de recomponer su familia y volver a ser padre a tiempo completo (nunca había perdido la relación con el pequeño).

Sin embargo, eso no sería posible nunca más, ya que, mientras Conor jugaba no se dio cuenta de que había una ventana abierta (que alguien dejó así al limpiarla), y se precipitó desde el piso 53 del edificio, muriendo instantáneamente al impactar con el techo de otro edificio cercano.

No fue sencillo lidiar con semejante tragedia y, aunque el guitarrista y cantante tenía decidido tomarse un largo descanso de la música, terminó por convertirse en su último refugio. De este proceso de duelo surgió una de sus más memorables canciones, la ya citada "Tears in Heaven (Lágrimas en el cielo)", que se convertiría en un éxito inmediato y le acarrearía innumerables premios, entre ellos el Grammy a la mejor canción de rock. Paradójicamente, uno de sus temas más recordados es el que, probablemente, hubiera preferido no componer.

Resulta curioso averiguar que muchas de las más bellas obras artísticas han surgido fruto de la tragedia y el dolor, y seguramente es por es que a veces conectamos con ellas de manera muy intensa, pues nos ayudan a entender nuestras propias tragedias.

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