Patrick Mitchell quiso cambiar de sexo a los 12 años. Tanto los médicos, como su madre y él mismo acordaron que era la mejor opción en tanto que tenía un trastorno de identidad al no sentirse plenamente identificado con su género masculino.
Mitchell se dejó crecer el pelo y empezó a tomar hormonas, por lo que en los últimos años sus senos habían empezado a crecer. Pero ahora, dos años después, Mitchell ha cambiado de idea, según informa The Independent.
Sus dudas surgieron cuando se empezaron a referir a él como una "chica" en el colegio. "Me di cuenta de que en realidad sí estaba a gusto con mi cuerpo". Así que Mitchell lo comentó con su madre y ahora han detenido la transición para revertir la situación y recuperar su fisonomía de varón.
También está previsto que Mitchell pase por el quirófano para extraer la parte del tejido sobrante que ha quedado en la zona del pecho, explicó en The Independent.
La disforia de género es un diagnóstico psiquiátrico asignado a las personas con discordancia entre su identidad de género y su género o su sexo asignados al nacer. Aunque es un trastorno por ahora poco diagnosticado por los médicos —en el caso de Mitchell fue así—, lo cierto es que cada vez hay más casos.
Una encuesta de 10.000 personas realizada en 2012 por la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos afirma que el 1% de la población encuestada presentaban disforia de género.