Yuri Gagarin, "El fan que llevó a Lolita Torres al espacio"

La fotografía autografiada por la actriz y cantante argentina Lolita Torres viajó junto a Yuri Gagarin al espacio. Su admiración por la estrella local lo llevó a escribirle una carta en la que expresó su admiración y respeto

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El 12 de abril de 1961 marcó un antes y un después en la historia. El Vostok 1 despegó desde la base de Baikonur y colocó al cosmonauta soviético Yuri Gagarin como el primer ser humano en el espacio.

Ese vuelo, de poco más de una hora y media, lo convirtió en una figura admirada en todo el mundo. El libro "Querida Lolita. Retrato de Lolita Torres", de Mario Gallina, relata la admiración del pueblo ruso, y en especial del cosmonauta, por la actriz argentina.

"En 1962, por intermedio de la Embajada de la Unión Soviética en la Argentina, recibí una carta de Yuri Gagarin, el primer astronauta que orbitó la Tierra. En ella se declaraba fan mío y me solicitaba una foto autografiada. Yo no lo podía creer y hasta sentí algo de pudor, por provenir de un héroe a nivel mundial. Así se lo manifesté a vuelta de correo, al tiempo que le mandé la foto, pidiéndole a su vez, que me mandara una suya. Cuando lo hizo, me respondió algo que nunca olvidé: "No soy ningún héroe. Soy sólo su admirador Nº 1", aseguró Lolita según el libro de Mario Gallina.

En esa carta, me contaba también que durante el período de concentración y entrenamiento que le demandó su hazaña, había escuchado diariamente mis discos. Concluía con algo que me emocionó profundamente: 'Por eso, la primera música que llegó al espacio es la que llevé en mi mente y en mi corazón. Es decir, su voz'. Tuve el honor de estrechar su mano al año siguiente de este intercambio epistolar, cuando fuimos presentados en el Festival de Cine de Moscú", relató Lolita.

La carrera cinematográfica no sólo popularizó aún más su imagen y su voz en la Argentina, sino que le permitió saltar las fronteras y convertirse en una estrella para los espectadores rusos. El público de la URSS conoció a Torres gracias a su papel de Soledad Reales en La edad del amor. Por la repercusión del film, en 1963 fue invitada a iniciar una serie de visitas en las que palpó in situ la incondicional devoción que despertaba entre los habitantes de la ex Unión Soviética, que llegaban a bautizar "Lolita"a sus hijas.

 
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