Todos sueñan alguna vez con encontrar un tesoro. Después de leer un cuento de piratas, pensamos en viajar a alguna isla y buscar un tesoro. Y sucede que en la vida uno realmente puede encontrarse con tesoros solo que estos pueden no lucir tan llamativos como un baúl lleno de oro, sino de otra manera.
Los esposos Gary y Angela Williams de la ciudad inglesa Lankashir, tuvieron una gran suerte, ellos encontraron un verdadero tesoro. Y esto sucedió así.
Ellos decidieron tomar unas vacaciones y se fueron a la costa de Irlanda, ya que se encuentra a unos cuantos kilómetros de su ciudad. Ellos viajaron en abril y el clima estaba frio, por eso ellos decidieron pasear por la arena y disfrutar del sonido de las olas del mar.
De pronto, el momento romántico se vió interrumpido por un mal olor de un pez en estado de descomposición. Para sorpresa de la pareja la playa estaba limpia, y no encontraban la razón del mal olor. Y de pronto Gary se dió cuenta de un objeto, que parecía una simple piedra. Resultó ser que justamente el mal olor lo emanaba este objeto.
Gary y Angela se dieron cuenta de que delante de ellos se encontraba un ámbar — producto del sistema digestivo de la ballena , que, por extraño que pueda parecer, se utiliza en la perfumería de élite.
Esta sustancia en forma de cera, se forma en el intestino de los machos del cachalote y sale hacia el exterior en vómitos. Y ya que es un poco más ligero que el agua, las olas, a menudo arrojan esos pedazos a la arena.
A pesar de su origen y espeluznante olor, el ámbar gris es muy apreciado en la perfumería. Ya que después de limpiar y secar el olor de la sustancia cambia y se convierte en un olor agradable. El ámbar se utiliza como fijador de aromas, dando a los perfumes la posibilidad de mantener su olor por mucho tiempo.
El ámbar antes también era un producto muy caro, y con la prohibición de la caza de ballenas se convirtió en un valor en peso en oro. Ya que ahora se puede encontrar sólo flotando en el mar o echado a la orilla.
El encontrado por los cónyuges Williams, pesaba poco más de kilo y medio, y estaba apreciado en 50.000 libras esterlinas, y eso es más de 71.000 dólares!
Así es como Gary y Angela, literalmente, de la nada recibieron una importante cifra de dinero. Una particular suerte que solo esta pareja de enamorados supo aprovechar.