Riona Kelly, de 37 años, sufrió un infarto tras lo cual quedó paralizada de la cintura hacia abajo. Casada con su pareja hace 14 años, recibió una inesperada reacción por parte de él cuando le pidió el divorcio sólo cinco días después del accidente. Incluso aún se encontraba internada en un hospital. Según su esposo, Richard, él le habría informado de su decisión la mañana antes de que sufriera el infarto.
Pero eso quedó atrás cuando Riona conoció a su entrenador, Keith, quien la ayudó a comenzar su tratamiento para volver a caminar, ocho semanas después no dar ni un solo paso.
Riona ahora puede caminar sin ayuda dentro de su casa, pero debe ocupar muletas ocasionalmente, y una silla de ruedas para salir.
"Tras sufrir un infarto no sólo tenía que lidiar con la parálisis, sino que también con perder a mi pareja de hace 14 años. Cuando me pidió el divorcio, quedé totalmente sola".
Su recuperación ha tardado casi un año, pero gracias a la ayuda de Keith, ha sido más fácil. "En ese momento quería darme por vencida, pero sabía que debía ser fuerte por mis hijos así que cuando finalmente di mis primeros pasos me sentí increíble".
Después de las primeras sesiones con Keith, se mantuvieron en contacto y de apoco surgió su relación. Ahora llevan 11 meses juntos, y ambas familias se llevan muy bien.
Los médicos le habían asegurado que debía poder caminar a las seis semanas, pero seguía sin poder moverse. "Todos los días encontraba el coraje y las fuerzas para seguir. Me demoraba 25 minutos en dar 16 pasos, y el mismo tiempo en ir de regreso, pero estaba determinada a lograrlo por mis hijos".