Estas son las máscaras más cotizadas dentro de la lucha libre mexicana

Dentro del mundo de la lucha libre mexicana, la máscara es un símbolo de identidad y misterio que es emblema cultural que los aficionados han portado durante décadas. Sin embargo, es más común ver que los grandes ídolos de esta industria comienzan a colgar las botas producto de las lesiones y el paso del tiempo.

Las máscaras más icónicas son portadas por luchadores con una gran trayectoria y que han estado en la Lucha Libre desde hace años. Estos luchadores, que han mantenido su identidad en secreto, se enfrentan al inevitable paso del tiempo, lo que lleva a su retiro o, en algunos casos, a su fallecimiento.

La lucha libre ha sido un espectáculo que combina deporte y entretenimiento, y las máscaras han jugado un papel crucial en su atractivo. La intriga que genera no conocer el rostro detrás de la máscara añade un elemento de misterio que fascina a los espectadores. Por un lado, existe una curiosidad natural por descubrir quién se oculta tras la máscara; por otro, muchos prefieren que el secreto nunca se revele, preservando así la mística del luchador.

El fenómeno de los luchadores enmascarados no solo se limita a su presencia en el cuadrilátero. Su influencia se extiende a la cultura popular, donde se les considera héroes modernos. La capacidad de estos luchadores para mantener su identidad oculta durante décadas es un testimonio de su dedicación al arte de la lucha libre y a la tradición que representa.

A medida que el tiempo avanza, la comunidad de la lucha libre enfrenta el desafío de preservar este legado. Sin embargo, las nuevas generaciones se han quedado un poco por detrás y no han logrado yugular la historia hecha por los ídolos del deporte. Es por eso que aquí te presentamos las máscaras más cotizadas de la Lucha Libre mexicana.

• El Hijo del Santo

Una de las leyendas vivientes, más importantes de la industria, qué pronto dejará los cuadriláteros es El Hijo del Santo. La máscara más anhelada por los luchadores es la del heredero de plata. El Hijo del Santo ha puesto en juego su capucha en diversas ocasiones, pero nadie ha logrado despojarlo de la herencia del Santo. Con el anuncio de su retiro, parece claro que su legado no será ensuciado y seguirá con este emblema.

• Blue Demon Jr.

Posiblemente esta máscara se encuentra a la misma altura que la del Santo, el demonio azul ha cuidado del legado y anonimato impuesto por Blue Demon por decadas. Esta se trata de una de las capuchas que ningún aficionado desearía ver en la vitrina de otro gladiador. De igual manera, Demon ha apostado su nombre, pero nunca ha perdido.

• Octagón

El amo y señor de los ocho ángulos a lo largo de su carrera ha demostrado ser un firme defensor de su nombre. En diversas ocasiones puso en juego su máscara en distintas compañías, pese a que sigue en activo, parece que su rostro será una incógnita por el resto de los años.

• L.A Park

Uno de los luchadores favoritos por la afición es el rudo más temible de la última era es L.A Park. Pese a sus 58 años, su talento en el cuadrilátero es indiscutible y se sigue manteniendo su máscara como una de las más deseadas. Tapia Ibarra llena arenas y auditorios con su simple presencia y suele poner su capucha en juego de manera constante, pero parece que nadie será capaz de arrebatársela.

• Fuerza Guerrera

A su 70 años Fuerza Guerrera es uno de los luchadores en activo más importantes en el circuito de este deporte. Su nombre sigue llenando arenas y es sinónimo de garantía de calidad y buena lucha. Al igual que sus compañeros, su máscara lo acompañará hasta el final de sus día porque no parece haber alguien capaz de quitarle este símbolo.

Datos de BOLAVIP han revelado que estas máscaras suelen ser “vendidas” por grandes cantidades de dinero. Por ejemplo, según lo que escriben el Hijo del Santo y Blue Demon Jr., podrían valorarla en 30 millones de pesos si estuviera en condiciones de apostarla.

En el caso de L.A. Park también posee una máscara de gran valor. Se sitúa en un rango de 10 millones de pesos, aunque en el caso de L.A. Park, su independencia en el circuito de lucha libre podría incrementar este valor.

Se ha comentado que esta cantidad impuesta, en muchas ocasiones por los mismos luchadores, suele ser otorgada al perdedor de la apuesta. Es decir, al momento de que estas estrellas ponen en juego su capucha es contra un rival de la misma categoría y se arma una bolsa que recibe el perdedor.