Han pasado 46 años desde que el América conquistó la Copa Interamericana al vencer al Boca Juniors de Argentina, con un gol icónico de tiro libre de Carlos Reinoso, una de las mayores leyendas del americanismo.
En una entrevista en el podcast ‘El Re-portero’, conducido por el exportero Yosgart Gutiérrez, Reinoso reveló una anécdota relacionada con el histórico triunfo y el inesperado premio que recibió tras su actuación: un automóvil último modelo.
El chileno recordó cómo el presidente del América en aquel entonces, Guillermo Cañedo de la Barcena, le ofreció un incentivo para motivarlo antes del partido decisivo. “Llegó con Don Guillermo Cañedo al entrenamiento después del primer partido que ganamos y llegó él en un automóvil LeBaron y lo veo le digo: ‘Huy, cuando sea grande voy a tener uno de esos’, y Don Guillermo me contesta: ‘Si en el partido contra Boca metes un gol, te lo regalo!’”, contó el ‘Maestro’ Reinoso en la entrevista.
El gol llegó en forma de un tiro libre perfecto que venció al portero argentino Hugo Gatti, sellando la victoria del América. La emoción de Reinoso fue tal que, tras el gol, corrió directamente hacia el palco donde se encontraban Cañedo y Emilio Azcárraga Milmo, los líderes del club. “Cuando hago el gol, corro al palco de Don Guillermo y Don Emilio Azcárraga Milmo a celebrar”, rememoró.
La sorpresa no terminó ahí, pues luego del partido, Reinoso recibió una llamada especial en el vestidor. “Había un teléfono rojo en el vestidor para hablarnos por cualquier asuntito. Y me hablan y me dicen que vaya al palco de Don Guillermo y Don Emilio”, explicó.
Al llegar, Cañedo cumplió su promesa y le entregó las llaves del LeBaron. Sin embargo, la historia tomó un giro inesperado cuando Azcárraga Milmo, al enterarse del regalo, decidió igualar el gesto. “Don Emilio le preguntó a Cañedo sobre el regalo, y le explicó que si yo metía el gol me iba a regalar un carro LeBaron, a lo que el dueño del América me dio otras llaves de un coche también”, relató el exfutbolista chileno.
Este emotivo recuerdo marcó una de las páginas más importantes en la historia del club y en la carrera de Carlos Reinoso, quien sigue siendo un ícono para los aficionados americanistas.