Los Juegos Olímpicos son ya considerados historia del deporte mundial, retomando una tradición milenaria que había tenido lugar por última vez en el año 1896, cuando los griegos celebraron estos juegos.
Aunque el evento resurgió con fuerza, no fue hasta 1914 cuando adquirió uno de sus símbolos más icónicos y reconocibles globalmente. Fue en París, de la mano de Pierre de Coubertin, que se presentó el diseño de los cinco anillos olímpicos que conocemos hoy.
Este diseño consta de cinco anillos de colores distintos: azul, negro, amarillo, verde y rojo, dispuestos en dos filas sobre un fondo blanco. La selección de estos colores no fue arbitraria; se ideó de tal manera que cualquier bandera nacional del mundo pudiera identificarse con al menos uno de estos colores, promoviendo así un espíritu de inclusión y representación universal.
Más allá de su paleta de colores, los anillos llevan un significado profundo: la representación de los cinco continentes habitados del mundo: Oceanía, América, África, Europa y Asia. La interconexión de los anillos simboliza la unión y la universalidad del espíritu olímpico, destacando la hermandad y la competencia leal entre las naciones.
Cada color no solo identifica a un continente, sino que también refleja características particulares de este: el azul por los mares que rodean Oceanía; el verde, por la vasta diversidad de bosques en Europa; el negro, en honor a las gentes de África; el rojo, evocando a los indígenas americanos, y el amarillo, por las pieles y desiertos de Asia.
La presentación oficial de este emblema tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de 1920 en Bélgica, donde se utilizó por primera vez de manera oficial, marcando así el comienzo de una nueva era para los Juegos Olímpicos y solidificando su estatus como un evento verdaderamente global e inclusivo. Desde entonces, los anillos olímpicos se han convertido en un símbolo universal de paz, esperanza y unidad a través del deporte.
Esta tradición olímpica, con sus raíces en festividades griegas en honor a dioses como Apolo, Poseidón, Hércules y Zeus, ha evolucionado a lo largo de los siglos, manteniendo su esencia y fortaleciéndose con nuevos símbolos y costumbres, en los cuales los anillos olímpicos se destacan como un poderoso emblema de unidad global y excelencia deportiva.
¿Cuándo serán los próximos Juegos Olímpicos?
París se prepara para convertirse en la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2024, un evento que tendrá lugar entre el 26 de julio y el 11 de agosto. Esta edición, oficialmente conocida como los Juegos de la XXXIII Olimpiada, marcará la tercera ocasión en que la capital francesa recibe la competencia, coincidiendo con el centenario de la última vez que acogió los juegos en 1924.
La decisión de asignar a París la sede se facilitó después de que Los Ángeles, la otra ciudad candidata, llegara a un acuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI) para organizar los Juegos Olímpicos de 2028.
La candidatura fue oficialmente presentada el 23 de junio de 2015, inaugurando un proceso que culminó con su selección como sede. La competencia vio inicialmente la participación de otras ciudades, incluidas Budapest, Hamburgo, Los Ángeles y Roma.
Sin embargo, Hamburgo y Roma se retiraron de la contienda debido a referendos locales y decisiones políticas, mientras que Budapest también declinó continuar, dejando a París y Los Ángeles en la carrera. El proceso de selección se caracterizó por una novedosa propuesta del COI para asignar simultáneamente las sedes de los Juegos de 2024 y 2028, un plan que fue aprobado y facilitó la decisión final anunciada el 31 de julio de 2017.
Además de la planificación y selección de la ciudad anfitriona, los Juegos Olímpicos de París 2024 ya han presentado innovaciones con el lanzamiento de su logotipo oficial el 21 de octubre de 2019, en un evento celebrado en el Grand Rex.
Este diseño tendrá la particularidad de ser el mismo tanto para los Juegos Olímpicos como para los Paralímpicos. En otra primicia, las mascotas oficiales, denominadas Los Phryges, fueron reveladas al mundo el 14 de noviembre de 2022. Estas figuras, que no se asemejan a los tradicionales animales antropomorfizados de ediciones anteriores, simbolizan los gorros frigios, un emblema de la Revolución Francesa.