
Un sismo de 4.2 de magnitud y con una profundidad de 10 kilómetros alertó a los pobladores de la ciudad de Pijijiapan a las 0:52 hora del centro (6:52 UTC) este 18 de marzo.
El movimiento tuvo como epicentro 118 km al suroeste de dicha población del estado de Chiapas, según información preliminar del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Ante una actividad sísmica importante, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)hace un llamado a no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un terremoto, revisa tu hogar en búsqueda de posibles daños, utiliza tu celular solo en caso de emergencia, no enciendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante estar alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un sismo: alista un plan de protección civil, organiza simulacros de evacuación, encuentra las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un terremoto guarda la calma y quédate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te encuentras en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
Temblores en México
Esta no es la primera vez que México sufre este tipo de embate de la naturaleza. Su posición geográfica lo coloca en riesgo constante de vivir estos eventos. Así, en 1985 y 2017, hubo movimientos sísmicos que causaron una enorme destrucción en la nación. Pese a que estos dos son los más reconocidos en la actualidad, no son los de mayor magnitud en el territorio.
Durante la época colonia sucedió el terremoto más fuerte registrado en la historia de lo que hoy es México. Ocurrió el 28 de marzo de 1787, su epicentro fue en Oaxaca, tuvo una magnitud de 8.6. El movimiento fue tan violento que hizo no solo que la tierra se estremeciera, además, provocó un tsunami que llegó 6 kilómetros tierra adentro.
Expertos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) estiman que será posible la repetición de situaciones semejantes en el futuro próximo. Dichas conclusiones surgieron a partir de un estudio fechado en 2009 que pretendía analizar el evento citado. Se dijo entonces que puede haber terremotos de una magnitud similar en las costas de México y Centroamérica. Lo anterior porque dicha zona posee gran potencial para acontecimientos de naturaleza geológica, dada su ubicación en la llamada Brecha de Guerrero.
Sin embargo, no es necesaria una magnitud tan grande para sembrar el caos. Los mexicanos guardan memorias de terremotos menores, ocurridos en 1985 y 2017. En tales ocasiones, toda la capital y estados se paralizaron ante las consecuencias sin parangón de tales movimientos telúricos.
El del 19 de septiembre de 1985 ocurrió a las 7:19 horas locales (13:19 UTC) con una magnitud de 8.2 y con epicentro en el estado de Guerrero. Desde ese terremoto muchos pensaron que algo así no se repetiría. Pero ocurrió de nuevo 32 años exactos después.
El de 2017 se registró a las 13.14 horas locales (18.30 UTC) con epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos y dejó un saldo de 369 muertes en el centro del país.
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