Por qué la Prepa 2 de la UNAM entró en paro y hasta cuándo habrá clases

Las y los estudiantes de la Prepa 2 de la UNAM tomaron las instalaciones durante 48 horas para exigir la creación de un programa de apoyo nutricional, en su pliego petitorio sugirieron que la dirección del plantel solicite nuevamente la incorporación a los comedores comunitarios.

Cabe señalar que el paro de la Escuela Nacional Preparatoria No. 2 Erasmo Castellanos Quinto tiene opción a extenderse en caso de que así lo decida la mayoría de la comunidad estudiantil.

Si la movilización estudiantil concluye después de 48 horas, las instalaciones de la Prepa serían entregadas a las autoridades el viernes 10 de enero o el lunes 13 del mismo mes, por lo que las clases reanudarían al siguiente día hábil —a reserva de alguna indicación distinta por parte de la Dirección—.

A través de redes sociales, algunos alumnos señalaron hostigamiento del movimiento estudiantil por parte de los directivos, así como presencia porril en inmediaciones del plantel, por lo que en diversas transmisiones en vivo se escucharon gritos de “¡Fuera porros de la UNAM!“

Durante la charla en la dirección de la Prepa 2 entre estudiantes y directivos, estuvieron presentes los funcionarios José Alberto Gasca Salas, a cargo de la Secretaría General; María del Carmen Crispín Martínez; directora del Plantel; Miguel Ángel Cabrera Rojas, de la Oficina Jurídica y Juan Flores López, superintendente de Obras.

Los directivos solicitaron a las y los alumnos paristas el ingreso del superintentente y personal de confianza a las instalaciones durante el paro, argumentando que todas las casetas son accesos necesarios para las y los trabajadores.

Un grupo de alumnas y alumnos realizó una investigación local sobre los ingresos económicos de la comunidad estudiantil, la cual fue publicada en su página de Facebook Estudiantes Organizadxs Prepa2.

La principal demanda es la creación de un programa de beca alimentaria que garantice una nutrición adecuada para los alumnos más vulnerables del plantel. Según el documento entregado el 9 de enero de 2024, esta solicitud responde a la urgente necesidad de atender las condiciones socioeconómicas adversas que enfrentan miles de estudiantes y sus familias.

De acuerdo con el pliego, la problemática alimentaria en la ENP 2 podría estar afectando el rendimiento de los mil 500 estudiantes cuyos ingresos familiares no superan los 5 mil pesos al mes.

En el caso específico de la ENP 2, la situación es alarmante. Según un oficio emitido por la directora del plantel, María del Carmen Crispín Martínez, en octubre de 2023, aproximadamente 1,500 estudiantes provienen de familias con ingresos mensuales de entre 1,500 y 5 mil pesos mexicanos. Esto representa al menos el 21.42% de la población estudiantil, quienes no pueden cubrir sus necesidades alimentarias básicas, considerando que el costo mensual de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), la cual vale 14 mil 071.20 pesos.

Actualmente, la única opción regulada para la alimentación dentro del plantel es una cafetería concesionada, cuyos precios y oferta “no están diseñados para atender las necesidades nutricionales de los estudiantes más desfavorecidos”, según el pliego petitorio entregado a la dirección.

El pliego petitorio presentado por los estudiantes incluye exigencias concretas para abordar esta problemática. En primer lugar, solicitan la creación de un Programa de Apoyo Nutricional propio de la ENP 2, financiado con una parte del presupuesto universitario. Este programa, inspirado en el modelo implementado por la Fundación UNAM para estudiantes de licenciatura y del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan, consistiría en la entrega gratuita de un desayuno o comida a los alumnos en situación de vulnerabilidad económica. Los estudiantes proponen que el programa beneficie inicialmente a 100 alumnos, con un costo anual estimado de 1,155,000 pesos, lo que representa menos del 1% del presupuesto anual asignado al plantel, según el desplegado.

Además, los estudiantes exigen que las autoridades universitarias busquen patrocinadores externos para financiar el programa alimentario. Entre las propuestas se incluye la solicitud de ingreso al programa de Comedores Comunitarios del gobierno de la Ciudad de México, así como la colaboración con la Fundación UNAM y la alcaldía de Iztacalco.