Si alguna vez has pasado el 31 de diciembre en México, seguramente has escuchado Un año más de Mecano. Esta emblemática canción acompaña cenas familiares, abrazos al filo de la medianoche y, por supuesto, el conteo de las campanadas. Pero, ¿te has preguntado cuál es la historia detrás de este clásico que no pasa de moda? Aquí te lo contamos.
Cabe recordar que esta melodía fue lanzada en 1988 como parte del disco Descanso dominical y, además de ser una oda a las celebraciones decembrinas, sino también un retrato de cómo el paso del tiempo nos une a través de tradiciones compartidas.
En México, esta pieza tiene un lugar especial: su melancólica melodía y la nostálgica letra se han convertido en un himno que despierta emociones y evoca recuerdos entrañables cada fin de año.
El significado de la canción, según Nacho Cano
El compositor Nacho Cano reveló en una antigua entrevista para ABC de Madrid que la inspiración para Un año más surgió de lo que él observaba durante las retransmisiones de las campanadas en la Puerta del Sol, una eblemática plaza en Madrid.
“Básicamente hice una descripción de lo que pasaba, de mi memoria fotográfica, en la que aparecían grupos de marineros, de soldados, de curas… Ocurría algo muy importante, y es que todos nos uníamos alrededor de ese evento que era comerse las uvas al mismo tiempo. Ese espíritu de unidad fue el que me motivó a hacer la canción”, comentó.
El artista detalló el profundo significado que esta melodía ha tenido para él a través de los años.
“A todo el mundo le hace mucha ilusión que canten sus canciones, pero que las canten 30 años después de haberlas hecho, y en un momento tan significativo, donde lo que estamos buscando es unir a las familias y los momentos de celebración, y no los de división, y esa canción sea un himno a la celebración y no a la división, pues es fantástico”, dijo en su momento.
El legado en México
Aunque la canción retrata una escena en España, su mensaje de unidad y renovación resuena fuertemente en México.
Cada 31 de diciembre, Un año más se convierte en la banda sonora de despedidas, nuevos comienzos y brindis con las personas que amamos. Desde la Ciudad de México hasta los rincones más pequeños del país, la voz de Ana Torroja nos invita a reflexionar sobre el año que se va y a recibir con esperanza el que está por venir.
Así que este fin del año al alzar tu copa y tararear la famosa línea de “Y decimos adiós y pedimos a Dios que en el año que viene a ver si en vez de un millón, pueden ser dos”, recuerda que estás formando parte de un ritual colectivo que, como la canción misma, nunca pasa de moda.