Desde el 9 de septiembre pasado, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias “El Chapito”, e Ismael Zambada Sicairos, también conocido como “El Mayito Flaco”, han encabezado la guerra interna que fracturó al Cártel de Sinaloa, dejando una estela de violencia en el estado que ha mantenido en vilo a la población.
En este contexto, el Gobierno de México ha intensificado los operativos para capturar a ambos líderes con fines de extradición a Estados Unidos, donde enfrentan múltiples cargos.
La disputa entre las facciones de Los Chapitos y La Mayiza comenzó tras la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2017, pero se agravó este año con el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, presuntamente orquestado por los hijos del capo extraditado, que culminó con su arresto en Estados Unidos junto a Joaquín Guzmán López, uno de los también llamados “Los Menores”.
Desde entonces, la violencia en Sinaloa ha escalado, alcanzando niveles críticos con enfrentamientos, narcobloqueos y secuestros de civiles, especialmente en localidades como Culiacán.
Según información publicada por el periodista Abel Barajas en el medio Reforma, “El Chapito” enfrenta órdenes de detención provisional con fines de extradición emitidas por las Cortes Federales de Nueva York, San Diego y Chicago. Los últimos cargos de 2022 incluyen delitos de conspiración para traficar fentanilo, cocaína y metanfetamina, además de posesión de armas de alto calibre.
Sin embargo, el medio antes citado revela que las autoridades mexicanas tienen una reciente orden de aprehensión en su contra por el delito de delincuencia organizada, que lo vincula a una red de tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México por Nogales, Sonora.
Por otro lado, el hijo de “El Mayo” Zambada es buscado por la Corte Federal del Distrito Sur de California, que lo acusa de conspiración para importar y distribuir grandes cantidades de metanfetaminas, cocaína y marihuana, pero a diferencia de su rival no tiene órdenes de aprehensión en México.
Aunque nunca ha sido detenido en territorio mexicano, su grupo ha protagonizado violentos enfrentamientos con Los Chapitos en la lucha por el control del Cártel de Sinaloa.
Las capturas de “El Chapito” y “El Mayito Flaco” son fundamentales en la estrategia del Gobierno federal para debilitar al Cártel de Sinaloa. Cabe apuntar que en casos recientes, como el de Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, éste fue extraditado en septiembre de 2023 aunque había órdenes de captura pendientes en México.
La narcoguerra y su impacto en Sinaloa
La disputa interna del Cártel de Sinaloa no solo tiene su origen en la lucha por el control de las rutas de narcotráfico, sino también en traiciones entre sus líderes. El secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, supuestamente orquestado por Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, marcó un punto de inflexión. Según una carta atribuida a Zambada, el capo habría sido engañado para asistir a una reunión de negociación, donde fue emboscado y trasladado a Estados Unidos.
Este episodio agravó las tensiones entre Los Chapitos y La Mayiza, desatando una escalada de violencia que ha colocado a Sinaloa en el centro de una de las peores crisis de seguridad en México.
Ante la creciente violencia, el Gobierno federal ha desplegado operativos militares y ha logrado realizar capturas de operadores clave, como Mario Alexander “N”, alias “El Piyi”, jefe de seguridad de Los Chapitos, y Omar “N”, alias “El Pelón”, coordinador de ataques contra La Mayiza.
No obstante, la captura de Iván Archivaldo Guzmán e Ismael Zambada Sicairos es crucial en la estrategia contra ambas facciones, pues con los enfrentamientos aún activos y cientos de víctimas, la entidad sigue siendo el epicentro de una guerra alimentada por la ambición de poder y las fracturas internas del cártel considerado el más poderoso de México.