La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dijo que su gobierno buscará impulsar a Ciudad Juárez, Chihuahua, como el centro de los derechos de todas las mujeres en el país, con el objetivo de que el municipio deje de ser considerado un símbolo del feminicidio en México, como ocurrió desde la década de los 90´s.
En la inauguración del Hospital General Regional No. 2 de Ciudad Juárez, la mandataria resaltó que su gobierno ayudará tanto a nivel estatal como municipal, se construya una red de transporte público eficiente, así como estancias infantiles y apoyos económicos, que principalmente se destinarán a mujeres.
Sin embargo, resaltó que “hay una deuda histórica” con las mujeres del municipio chihuahuense y de todo el país en general, luego de los altos niveles de feminicidios que se registraron por varios años en la región.
“Juárez también es referencia para las mujeres y aquí hay una deuda histórica con las mujeres, no solo de Ciudad Juárez, sino de todo el país. Juárez, ya no queremos que sea el símbolo del feminicidio, queremos que sea el centro de los derechos de todas las mujeres del país”, afirmó.
Agregó que esto se sumará a las acciones que se realizan desde la Secretaría de Las Mujeres, destacando que incluso recientemente se reconoció la igualdad sustantiva en la Constitución Mexicana.
“Por eso está aquí con nosotros hoy Citlalli (Hernández), ella es la secretaria de Las Mujeres, estamos con esta secretaría coordinando todos los esfuerzos de apoyo a las mujeres, hicimos algo que pocas conocen, ahora en la constitución e nuestro país, llegamos las mujeres, por primera vez se reconoce la igualdad sustantiva en nuestro país”, concluyó.
Los feminicidios en Ciudad Juárez han sido un tema de grave preocupación tanto a nivel nacional como internacional desde la década de los 90. Esta ciudad fronteriza se convirtió en un símbolo de violencia de género debido al alto número de asesinatos de mujeres y la impunidad que rodeó estos casos.
En aquella década se comenzaron a documentar numerosos casos de asesinatos de mujeres, muchas de ellas jóvenes que se caracterizaron por ser trabajadoras de maquilas. Las víctimas frecuentemente eran secuestradas, torturadas y asesinadas, mientras que sus cuerpos eran abandonados en zonas desérticas o espacios públicos. Ante tales hechos, organizaciones civiles denunciaron que algunas de las víctimas sufrieron violencia sexual antes de morir.
Al momento, no existe un número específico de mujeres víctimas de este delito; sin embargo, reportes oficiales y de ONGs, miles de mujeres fueron ultimadas de manera violenta desde que los primeros casos se dieron a conocer. Muchas familias de las víctimas han denunciado la falta de atención por parte de las autoridades, la ineficiencia en las investigaciones y la complicidad con los agresores.