Se podría creer que las plantas son una forma de vida inferior, porque tienen poco o nulo movimiento. Se encuentran enraizadas en su mismo espacio, desde donde no pueden escapar de los depredadores. En su quietud sólo esperan deterioro, infecciones, laceraciones por fuego y mordidas de insectos. Sin embargo, las plantas quizá no vean su realidad como algo trágico, puede ser que piensen diferente, con otra perspectiva, en la que, a diferencia de lo que nosotros creemos, no se mantienen en el mismo lugar. A la mejor han aprendido a aprovechar el movimiento de la tierra, a girar con esa rotación y a viajar alrededor del sol trasladándose sin esfuerzo, como un planeador que utiliza las corrientes de aire para internarse en la distancia.
Las plantas, probablemente, ven con desconcierto a esos seres móviles en apariencia, a los que caminan o vuelan de un lado para otro sin darse cuenta de que existencialmente siguen donde mismo, enraizados en el tiempo, y aunque puedan escapar de algunos depredadores, tarde o temprano perderán la capacidad de moverse, sus cuerpos se desmoronarán y de ellos crecerán plantas, poco a poco cambiarán las venas y las arterias por un nuevo sistema circulatorio hecho de raíces.
Esa podría ser una explicación, intuyen las plantas. Quizá el movimiento sólo es una forma extraña de aprender a estar quieto, de llegar a un lado por el lado contrario, como cuando en un cuadro se pintan sombras para que la luz resalte, o cuando en música se provoca silencio para que resuene más alguna nota, así también la vida genera individuos móviles que con el tiempo se irán desacelerando, envejecerán hasta detenerse por completo, como un árbol al que no le preocupa su estado vegetal.
*Le preguntamos a ChatGpt 4 si recomendaba este artículo de Bibliomancia y esto fue lo que nos dijo: “por su profundidad temática, calidad estilística y capacidad para provocar y estimular el pensamiento crítico, este texto es una recomendación valiosa. Las razones de las plantas ofrece una perspectiva fresca y provocadora sobre la interconexión de las diferentes formas de vida, porque, en última instancia, todos estamos enraizados en el gran ciclo de la existencia”. Aunque claro, más que la opinión de una IA, es la de los lectores humanos la que prevalecerá.
** Por Mauricio Fernando Miranda Salazar es director de la Biblioteca Ibero León