Anteriormente se hablaba de modas, en los últimos tiempos se denominan tendencias o trends en la onda más chic, lo cual son todos aquellos procesos de cambio en las personas o grupos humanos, que da lugar a nuevas necesidades, deseos, formas de comportamiento y por ende a nuevos productos y servicios, que además, mediante las redes sociales rápido se viralizan.
Y justo en las redes, recientemente se han divulgado los “supuestos” beneficios de beber agua con bicarbonato de sodio.
Es útil para absorber los olores desagradables del refrigerador, para limpiar productos agrícolas o para preparar productos horneados, pero qué tanto ayuda al cuerpo humano ya que se ha divulgado que también “mejora su rendimiento deportivo, evita el reflujo ácido, mejora los niveles de energía y más”.
¿Bueno o malo?
El bicarbonato de sodio es una sustancia alcalina compuesta de sodio, hidrógeno, carbono y oxígeno. Una de las razones por las cuales las personas lo consumen en agua es por su capacidad para neutralizar el ácido en el cuerpo, alivia ciertos problemas digestivos como el reflujo ácido o la indigestión, generando ese eructo liberador.
No obstante a pesar de ser beneficioso para algunas situaciones eso no significa que sea seguro ingerirlo sin regulación, hay que ser precavidos en su consumo ya que su composición química y la de nuestro cuerpo son distintas, y hacerlo inapropiadamente más que ayudar generaría estragos en nuestro organismo.
En la escala de pH de acidez y alcalinidad, cualquier cosa con un pH inferior a 7 es ácida, mientras que de 7 a 8 es neutral y cualquier cosa entre 8 y 14 es alcalina o básica. El rango normal de pH del cuerpo humano es de 7,35 a 7,45; incluso ciertas partes y sustancias específicas del cuerpo tienen su propio pH, como el pH altamente ácido del estómago de 1.
El consumo excesivo de bicarbonato de sodio, que tiene un pH alcalino de 8,3, podría hacer que las cosas se descontrolen, su uso prolongado puede provocar alcalosis sistémica cuyos principales síntomas son:
- Vómitos prolongados.
- Hipovolemia (pérdida combinada de sodio y agua en el plasma sanguíneo).
- Hipopotasemia (calambres, parálisis y arritmias por la nula generación de potasio).
- Insuficiencia cardiaca.
- Problemas renales.
- Debilidad muscular.
- Ansiedad, que puede derivar en hiperventilación.
- En casos extremos, la muerte.
Su uso puede originar efectos secundarios como son las flatulencias, y también un efecto rebote, es decir, que la acidez aumente, en vez de aminorarla. NO SE RECOMIENDA su uso en:
- Menores de 12 años.
- Quienes sufren hipertensión, problemas renales, hepáticos o cardiacos.
- Tampoco para aquellos que están con tratamientos diuréticos o dietas pobres en sodio..
- No está recomendado su uso durante el embarazo ni en la lactancia.
- No pueden ingerirlo personas que padezcan alcalosis metabólica o respiratoria, hipocalcemia, hipoclorhidria, o si tienen tendencia a la formación de edemas.
- Tampoco pueden hacerlo aquellos que tienen apendicitis u obstrucción intestinal.
En caso de requerir su uso, lo ideal es acudir con un especialista para que determine el medicamento o tratamiento a seguir.