Despedir a los muertos es una de las misiones que Lizbeth Domínguez, una mujer transexual, tiene con los habitantes de San Nicolás Tolentino, una comunidad ubicada en la Costa Chica de Guerrero, en la que tradiciones afromexicanas e indígenas convergieron para dar paso a El sompromiso de las sombras que cada persona tiene con sus fallecidos.
En una atmósfera en la que vida y muerte se entrelazan, y en la que Lizbeth guía a su comunidad como una autoridad religiosa para permitir el descanso de las almas de quienes eran sus vecinos y amigos, la directora de esta película, Sandra Luz López Barroso, muestra los rituales funerarios que realizan en San Nicolás para despedir a los seres queridos y dejarlos descansar en tranquilidad.
En entrevista con Infobae México, la directora de esta película profundizó sobre la conexión que tienen los habitantes de una comunidad de la Costa Chica con sus muertos para honrarlos y despedirlos de la mano de una mujer transexual.
La llegada de Sandra López, antropóloga y cineasta por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a la comunidad de San Nicolás fue en el año 2005, cuando conoció a Doña Catalina, una mujer de casi 100 años que la introdujo a la cultura de la Costa Chica y a su vida misma. Sin embargo, dos años más tarde de realizar grabaciones acerca de ella y el son de artesa, finalmente murió.
La historia de Sandra López en la Costa Chica lleva más de quince años de realizarse, en la que sus obras cinematográficas se han centrado en compartir la vida de tres personas originarias de San Nicolás, y en la que El compromiso de las sombras nació de la conexión con la muerte de su propio padre y la manera de despedirse de la comunidad con la guía de Lizbeth Domínguez.
Oraciones, rezos, cantos, baile, flores y llanto; una atmosfera que la directora de esta película logró captar del trabajo de la mujer trans que guía a los muertos de San Nicolás, quien decidió aprender esta tarea porque desde niña disfrutaba hacerlo.
Lizbeth Domínguez cumple una agenda llena de ritos fúnebres en su comunidad, ya que es la única persona que despide a las sombras. Ella comenta que sueña a los muertos en caso de no realizarle de manera correcta sus novenarios, por lo que debe interceder para que sus familiares lo hagan con amor y permitan el descanso de su alma.
“Cuando fallece una persona hay veces que las sueño que me dicen Tengo hambre o tengo sed, y eso siempre me ha pasado antes de que cumpla nueve días la persona. Entonces yo a veces platico con los caseros, los del compromiso: Miren esta persona la estoy soñando y ellos me dicen lo mismo (…) Cuando ellos dicen que tiene hambre es porque algo están haciendo mal en sus novenarios, me refiero de que hagan las cosas con gusto, de corazón”, comentó Lizbeth en el filme.
En esta película se puede observar lo importante que es para los habitantes de San Nicolás levantar la sombra de sus difuntos, algo que sería lo equivalente a levantar la cruz en la religión católica a los nueve días del fallecimiento de su ser querido. Sin embargo, este momento está lleno de una tradición única en la que Lizbeth tiene el deber de dirigir cada movimiento de quienes realizan esta significativa acción.
En medio de cantos y tristezas, el espectador vive y siente lo que cada uno de esos familiares está pasando durante uno de los momentos más difíciles de la vida humana, lo único que tenemos seguro cada uno de nosotros: la muerte. Esa enemiga de los que permanecen en la tierra, de quienes ven partir a sus seres queridos sin nada más qué hacer, solo permitirles descansar.
A través de rezos o misas las personas con difuntos pueden ayudarlos a descansar, según Lizbeth es común que no puedan hacerlo porque tienen pendientes en la tierra. Además, comentó que estas oraciones también permiten que quienes permanecen en la tierra puedan dejar de sufrir.
“Nosotros los adoramos así, rezándoles haciéndoles sus oraciones, para que también esas almas puedan interceder por nosotros porque también los que quedamos andamos sufriendo penas”.
La tarea de rezarle a los muertos no es fácil, ya que los guías de las sombras deben ser personas “de mucho corazón”, porque hay quienes tienen almas pesadas y es algo que Lizbeth puede sentir. Los funerales están cargados de emociones tanto de los familiares que permanecen vivos y de quien fallece, por lo que se necesita ser fuerte para afrontar las pérdidas y acompañar el sufrimiento.
El compromiso de las sombras es una película de la ancestralidad, del mestizaje indígena y afrodescendiente, una mirada a las tradiciones de la Costa Chica, a la vida de Lizbeth, a la necesidad de cumplir con un duelo para sentir tranquilidad y permitir el descanso de los muertos. Es una puerta a la vida misma y sus claroscuros inevitables.
El compromiso de las sombras se encuentra disponible en la Cineteca Nacional y La Casa del Cine MX, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Para conocer la gira de esta película pueden seguir sus redes sociales como @elcompromisodoc. Actualmente, Sandra López continúa trabajando en un filme sobre doña Catalina, la mujer que la llevó a conocer la cultura de la Costa Chica de Guerrero hace 19 años.
“Yo cuando conocí a doña Cata no sabía que iba a hacer todas estas películas o que todo esto, todo este regalo de historias, de alguna forma yo siento que me los dio ella”, comentó la directora.