La psicología define a la autoestima como la percepción que una persona tiene de su propio valor y capacidades. La cual se forma a partir de una combinación de factores internos, como las creencias personales y el autoconcepto, y factores externos, como las experiencias de vida y la retroalimentación de otros. Esta valoración influye en la manera en que las personas se enfrentan a los desafíos diarios y en cómo se relacionan con los demás.
Diversos estudios han demostrado que las personas con alta autoestima tienden a sentir confianza en sí mismas, a establecer metas más ambiciosas y a mantener relaciones más positivas. Por el contrario, una baja autoestima puede llevar a sentimientos de inseguridad, ansiedad y dificultades en las relaciones interpersonales.
Aunque muchos piensan que la autoestima está relacionada con el estado de ánimo y que si te sientes “bien”, no existe algún problema, es importante conocer las señales que nos revelan datos sobre nuestra autopercepción.
¿Cómo identificar la baja autoestima?
De acuerdo a información del sitio Psicología Monzo las personas con baja autoestima, muestran dificultades para poder apreciar aquellas características que le hacen ser especial. Es común que piensen que no van a ser suficiente y que no tienen las capacidades necesarias para desenvolverse correctamente en diferentes situaciones.
Entre las características más habituales de personas con baja autoestima se encuentran:
- Miedo a los cambios, a situaciones nuevas y evitan cualquier riesgo.
- Sienten que no pueden y que no van a conseguir lo que se propongan.
- Muestran estados de ánimo ansioso/depresivos.
- No se valoran, no sienten que tengan ningún talento.
- Se aíslan de su entorno, mostrándose tímidos.
- Evitan tomar la iniciativa, por lo que se muestran
- Se sienten continuamente evaluados, por lo que temen hablar con otras personas.
- Tienen dificultades para identificar sus emociones.
Por otro lado, aunque las características parecieran ser evidentes, el renombrado psicólogo con estudios en la personalidad Walter Mischel, mencionó que repetir ciertas frases pueden señalar problemas de autoestima ocultos.
Según el psicólogo clínico con doctorado en la Universidad Estatal de Ohio, entre las frases usadas por personas con baja autoestima están: “no me lo merezco”, “no soy suficiente”, “siempre hago todo mal, “es mi culpa” o “no puedo hacer nada bien”. Todas son catalogados como pensamientos negativos, si este tipo de comentarios son recurrentes, son una señal clara de problemas de autopercepción y resultado de una hipercrítica descontextualizada.
Estrategia para mejorar la autoestima
Según el sitio Psicología y Mente los problemas de autoestima pueden ser tratados acudiendo a terapia y con ciertas estrategias para estimular la percepción personal.
Uno de los pasos iniciales para fortalecer la autoestima es establecer objetivos realistas. De acuerdo al sitio, fijarse metas demasiado ambiciosas puede generar frustración y, en consecuencia, disminuir la autoestima. La clave está en evaluar nuestras capacidades y recursos antes de proponernos alcanzar ciertos objetivos, asegurándonos de que sean alcanzables con el esfuerzo y los medios disponibles.
Otro aspecto crucial es evitar las comparaciones con los demás. Compararse constantemente con otras personas puede llevar a un ciclo de insatisfacción y competencia que impide disfrutar de los logros personales. En lugar de medir el éxito en función de los demás, es importante centrarse en el progreso individual y en las metas personales.
Además, es esencial reconocer y valorar las propias cualidades. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre los logros y méritos personales puede ser un ejercicio poderoso para mejorar la percepción de uno mismo. Este reconocimiento interno ayuda a construir una imagen más positiva y realista de nuestras capacidades.
El ejercicio físico también juega un papel importante en el fortalecimiento de la autoestima. La actividad física regular no solo mejora la salud física, sino que también tiene efectos positivos en el estado de ánimo y la percepción personal. Por último, ser asertivo en las interacciones sociales puede ayudar a establecer límites saludables y a expresar las propias necesidades de manera efectiva.