En el día 84 de iniciada la guerra interna del Cártel de Sinaloa, Culiacán sigue viviendo jornadas de violencia. Uno de los hechos más impactantes fue el hallazgo de restos humanos en dos contenedores de plástico frente a la Unidad de Servicios Estatales (USE), en el sector Tres Ríos, al poniente de la ciudad.
Los contenedores, de color negro con tapas amarillas, fueron descubiertos en la parada de transporte urbano sobre el bulevar Miguel Tamayo Espinoza de los Monteros. De acuerdo con los primeros reportes, una llamada al servicio de emergencias 911 alertó sobre su presencia cerca de las 20:00 horas.
Detalles del hallazgo macabro
De acuerdo con medios locales, al lugar acudieron elementos de la Policía Municipal, quienes confirmaron que los contenedores contenían restos humanos. Según las primeras observaciones, los cuerpos estaban desmembrados y envueltos en bolsas de plástico y sábanas que mostraban rastros de sangre.
De manera extraoficial, se indicó que dentro de las cajas también se encontraron fotografías impresas, pero se desconoce si corresponden a las víctimas y qué tipo de imágenes serían.
Las autoridades estiman que los restos corresponden a al menos dos personas, una en cada contenedor. La escena fue acordonada con cinta amarilla para preservar las evidencias, y se solicitó la intervención de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa y de la Dirección General de Investigación Pericial.
Los restos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (SEMEFO), donde permanecerán bajo resguardo mientras se realizan los peritajes correspondientes y se espera que familiares los reclamen.
Violencia imparable en Culiacán
Este hecho ocurre en un contexto de creciente violencia en Culiacán. Horas antes del hallazgo, un ataque armado se registró en el fraccionamiento Stanza Torralba, a siete cuadras de la primaria Eduardo Caldera, ubicada en la calle Rey Jorge VI y Reyna Sofía del sector Villa del Real.
Según testigos, hombres armados atacaron un establecimiento semifijo e inactivo de venta de hamburguesas y hotdogs con armas largas y automáticas, provocando pánico en la zona. Los disparos, que se prolongaron cerca de un minuto, llevaron a los docentes de la escuela cercana a implementar un protocolo de seguridad. Los alumnos fueron colocados pecho tierra para protegerlos de posibles balas perdidas.
“No tuvimos otra opción más que resguardar a los niños. Escuchamos ráfagas, y algunos padres llegaron de inmediato por ellos”, comentó un maestro del plantel a medios de comunicación. A pesar del pánico, no se reportaron heridos entre los estudiantes ni en el lugar del ataque.
Además de este hecho, la violencia alcanzó otras zonas de la ciudad. En la colonia Miguel Hidalgo, se reportó la quema de un antiguo salón de fiestas ubicado sobre la calle Sinaloa.
El incendio, presuntamente provocado por hombres armados, fue controlado por bomberos antes de que causara mayores daños, aunque dejó en evidencia el clima de inseguridad que prevalece en la región.