Estas son las estrategias de “Los Chapitos” y “La Mayiza” que complican su guerra, según David Saucedo

Tácticas de guerrilla urbana y disputas por rutas de narcotráfico, estas son las claves del conflicto interno del Cártel de Sinaloa

El enfrentamiento entre “Los Chapitos” y “La Mayiza” ha transformado a Sinaloa en un campo de batalla. (Jesús Áviles/Infobae)

La disputa interna en el Cártel de Sinaloa entre las facciones lideradas por “Los Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y “La Mayiza”, bajo el mando del hijo y los operadores de Ismael “El Mayo” Zambada, ha escalado en una guerra que parece no tener fin.

El Cártel de Sinaloa, considerado uno de los más poderosos del mundo, enfrentó una ruptura interna tras la presunta traición de “Los Chapitos” a “El Mayo” Zambada, líder histórico de la organización. Esta traición habría facilitado la entrega del veterano capo a las autoridades estadounidenses, lo que desató un enfrentamiento directo entre ambas facciones por el control del cártel y la búsqueda de venganza.

Este enfrentamiento no sólo mantiene a Sinaloa sumido en una crisis de violencia, sino que ha puesto en evidencia las limitaciones de las estrategias para controlar a los cárteles.

Estrategias y tácticas que complican el conflicto

La fractura interna del Cártel de Sinaloa ha agudizado la crisis de violencia en México que se vive desde hace años. (Anayeli Tapia/Infobae)

David Saucedo, experto en seguridad pública, explicó en entrevista con Radio Fórmula que las tácticas empleadas por ambas facciones se asemejan a la guerrilla urbana, lo que dificulta la respuesta de las fuerzas armadas mexicanas.

“A diferencia de un conflicto convencional, donde los grupos armados se enfrentan directamente, aquí operan células móviles que se mueven en las sombras, se ocultan entre la población civil y atacan de manera puntual”, detalló Saucedo.

Sin embargo, el experto aclaró que estas tácticas, aunque similares a las de una guerrilla, no deben confundirse con las de grupos insurgentes como las FARC en Colombia. Mientras que las guerrillas colombianas tenían objetivos políticos y sociales basados en ideologías, los cárteles mexicanos operan exclusivamente con fines económicos y criminales.

Estrategias guerrilleras complican la respuesta militar, según David Saucedo. EFE/Juan Carlos Cruz

“Los narcotraficantes no son revolucionarios, pero sus métodos de guerra son similares a los de una guerrilla urbana”, explicó Saucedo.

El experto señaló que enfrentar estas tácticas requiere una superioridad numérica significativa y un conocimiento detallado del terreno. Sin embargo, las fuerzas desplegadas —más de 10,000 elementos del Ejército, Marina y Guardia Nacional— no han logrado contener el conflicto debido a su enfoque masivo, que no se adapta a la naturaleza celular del enemigo.

“El ejército mexicano y la Guardia Nacional están haciendo un despliegue de saturación, pero a los ejércitos del narco no se les combate masivamente, se les combate celularmente”, afirmó Saucedo.

Intereses económicos y alianzas estratégicas

El conflicto también se alimenta de disputas económicas clave, como el control de rutas de tráfico hacia Estados Unidos, laboratorios de fentanilo y metanfetaminas, y puntos de distribución local.

Según el experto, “La Mayiza” cuenta con un ejército más consolidado, mejor armado y con mayor control territorial en Sinaloa; mientras que “Los Chapitos” han adoptado tácticas más agresivas y, según informes de inteligencia no confirmados, podrían estar recibiendo apoyo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en forma de armas, dinero y hombres.

La lucha por rutas de tráfico, laboratorios y territorios estratégicos entre “Los Chapitos” y “La Mayiza” ha intensificado los enfrentamientos, con indicios de posibles alianzas con otros cárteles. (Anayeli Tapia/Infobae)

La infiltración del narcotráfico en las instituciones de seguridad y gobierno locales agrava la situación. Saucedo indicó que esta colusión no se limita a niveles municipales, sino que alcanza altas esferas del poder estatal, por lo que dijo que es deseable que en esta entidad también haya un “Operativo Enjambre” como ya lo hubo en el Estado de México.

Este contexto ha generado una aparente “pax narca”, donde acuerdos tácitos entre autoridades y cárteles han mantenido una relativa calma en ciertos periodos. Sin embargo, esta paz es frágil y se rompe cuando surgen conflictos internos o intentos de expansión, añadió.

Durante los últimos años, Sinaloa había mantenido un relativo estado de calma en comparación con otros estados con alta incidencia de homicidios, como Zacatecas, Michoacán o Guanajuato. Sin embargo, la extradición de líderes clave y las traiciones internas han reavivado la violencia.

David Saucedo concluyó que la resolución de este conflicto requiere un enfoque basado en inteligencia policial para desarticular las células criminales y las redes económicas y políticas que las sostienen. No obstante, advirtió que mientras el narcotráfico siga siendo una fuente económica para muchas comunidades y las instituciones de gobierno no sean completamente depuradas, la violencia persistirá.