Qué significa dormir abrazado de la almohada, según la psicología

Los objetos de apego durante el sueño pueden ser más comunes en los adultos de lo que se piensa

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Muchas personas pueden sentir la necesidad de abrazar algo para poder conciliar el sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)
Muchas personas pueden sentir la necesidad de abrazar algo para poder conciliar el sueño (Imagen Ilustrativa Infobae)

Abrazar objetos, especialmente peluches y cobijas, en la niñez es bien visto e incluso promovido como una manera de darle al menor un objeto de apoyo para brindarle seguridad.

Sin embargo, esta percepción puede cambiar cuando se trata de un adulto que necesita algún objeto de este tipo para conciliar el sueño, ya sea también un peluche o, en muchos casos, este objeto suele ser una almohada.

Y es que si bien en los niños está bien visto, e incluso es promovido, en los adultos puede no ocurrir lo mismo, ya que puede ser percibido como un acto infantil.

A pesar de esto, diferentes especialistas en psicología señalan que, al igual que en los menores, esto puede ser una herramienta que algunos adultos pueden continuar necesitando como resultado de diferentes circunstancias, algunas de las cuales te contamos a continuación.

En niños pequeños es común la necesidad de un objeto de apego para dormir e incluso durante el día (Imagen Ilustrativa Infobae)
En niños pequeños es común la necesidad de un objeto de apego para dormir e incluso durante el día (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este es el significado psicológico de dormir abrazando una almohada o peluche en la adultez

Dormir abrazando una almohada o un peluche puede tener varios significados desde una perspectiva psicológica, reflejando aspectos emocionales y necesidades personales. Estos objetos proporcionan una fuente de confort y seguridad que puede estar ligada a diferentes interpretaciones:

  1. Búsqueda de Seguridad y Confort: Abrazar una almohada o un peluche puede ofrecer una sensación de seguridad y calma. Esto es especialmente común en personas que buscan un entorno seguro y reconfortante para descansar, lo cual puede remontarse a experiencias de la infancia donde los objetos blandos proporcionaban consuelo.
  2. Necesidad de Apego Emocional: En psicología, el acto de abrazar objetos mientras se duerme puede estar relacionado con una necesidad de apego o afecto. Personas que se sienten solas o que están lejos de sus seres queridos pueden encontrar en estos objetos una representación simbólica de esos vínculos emocionales.
  3. Gestión del Estrés y Ansiedad: En momentos de estrés o ansiedad, abrazar una almohada o peluche puede actuar como un mecanismo de afrontamiento. Este comportamiento puede ayudar a liberar tensiones acumuladas y proporcionar una sensación de alivio emocional.
  4. Hábitos del Sueño y Comodidad Física: En algunos casos, simplemente se trata de una posición cómoda para dormir. Abrazar una almohada puede alinear mejor el cuerpo, reduciendo dolores musculares y favoreciendo un sueño más reparador.
  5. Conexiones Subconscientes y Nostalgia: A veces, estos objetos pueden estar asociados con recuerdos positivos o nostálgicos, vinculando a la persona con su infancia o momentos felices del pasado. Dormir con un peluche o una almohada de esta manera puede desencadenar emociones reconfortantes ligadas a estos recuerdos.
Aunque puede ser una buena herramienta si las personas no son capaces de conciliar el sueño sin ella podría necesitar consultar a algún especialista para entender el origen de este comportamiento  (Imagen Ilustrativa Infobae)
Aunque puede ser una buena herramienta si las personas no son capaces de conciliar el sueño sin ella podría necesitar consultar a algún especialista para entender el origen de este comportamiento (Imagen Ilustrativa Infobae)

En resumen, dormir abrazando una almohada o un peluche puede ser una manifestación de necesidades psicológicas y emocionales variadas.

Aunque normalmente es una conducta inofensiva, si una persona requiere continuamente esta práctica para poder dormir tranquilamente o se siente angustiada sin ella, podría ser beneficioso explorar estos sentimientos más a fondo con un psicólogo profesional.

Al final, estos hábitos reflejan aspectos de la personalidad y del estado emocional que son únicos para cada individuo.

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