Las salchichas que encontramos en los supermercados suelen contener altos niveles de conservantes, sodio y aditivos que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas, hipertensión e incluso ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal y el de estómago.
De acuerdo con un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) citada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en una sola salchicha con sabor a jalapeño de la marca Bafar, de 100 gramos, podemos encontrar 1.350 mg de sodio, lo que representa 67.5% de la cantidad diaria recomendada para un adulto y el 90% de la ingesta diaria recomendada para los niños.
Además, el consumo excesivo de sodio puede elevar la presión arterial al aumentar el flujo sanguíneo, lo que con el tiempo puede afectar la salud cardiovascular.
De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), la ingesta ideal de sodio no debe superar los 1,500 mg diarios para la mayoría de los adultos, especialmente en aquellos con hipertensión o riesgo de padecerla.
Las salchichas de pollo, zanahoria y betabel son una alternativa deliciosa y saludable que permite tener el control total sobre los ingredientes. Al hacerlas en casa, puedes utilizar carne de calidad, especias naturales y eliminar por completo los aditivos químicos, obteniendo así un embutido más nutritivo, ideal para toda la familia.
Receta de salchichas de pollo caseras
Estas salchichas caseras, elaboradas con ingredientes que seguramente ya tienes en casa, son ideales para cualquier ocasión, desde un desayuno saludable hasta una comida rápida, loncheras infantiles o parrilladas familiares. La receta fue publicada por el canal de Youtube @cocinatodo.
Ingredientes
- 1 zanahorias
- ½ betabel (cortado en láminas)
- 2 pechugas de pollo fresco
- Sal y pimienta
- Cebolla en polvo
Utensilios
- Refractario
- Procesador de alimentos o licuadora de mano
- Moldes para salchicha o papel film
- Duya redonda
Procedimiento
- Prepara los ingredientes: lava, pela y corta en trozos pequeños la zanahoria y el betabel. Corta las pechugas de pollo en cubos para facilitar el procesado.
- Procesa la mezcla: coloca en el procesador de alimentos o utiliza una licuadora de mano para triturar el pollo junto con la zanahoria y el betabel hasta obtener una mezcla homogénea. Agrega sal, pimienta y cebolla en polvo al gusto y mezcla nuevamente para integrar los sabores.
- Forma las salchichas: si tienes moldes para salchichas, rellénalos con la mezcla con la duya y asegúrate de que queden compactas. Si no tienes moldes, utiliza papel film: coloca una porción de la mezcla sobre el plástico, enróllalo dando forma de salchicha y asegura los extremos como si fuera un caramelo.
- Cocina las salchichas: coloca las salchichas en un refractario y cocínalas al vapor o al horno a 180 °C durante 20-25 minutos o hasta que estén firmes y bien cocidas.
- Enfría y sirve: deja enfriar ligeramente antes de retirar el plástico o del molde. Sirve tus salchichas caseras acompañadas de tus guarniciones favoritas.
¿Cómo evitar el consumo excesivo de sodio?
Reducir el consumo excesivo de sodio es fundamental para cuidar la salud, según la Asociación Americana del Corazón, la mejor manera de lograrlo es evitar alimentos procesados y preparados, ya que suelen contener altos niveles de sal.
Entre los principales culpables se encuentran productos como pizzas, panes, rollos, sándwiches, hamburguesas, burritos, tacos, platos de arroz, pastas, carnes, aves, mariscos y sopas. Estos alimentos procesados suelen ser una fuente importante de sodio oculto en la dieta diaria.
¿Cómo puedo cocinar con menos sal y más sabor?
Si deseas cocinar con menos sal pero sin sacrificar el sabor, hay varias estrategias que puedes implementar. Utiliza hierbas, especias, limón, lima, vinagre o sazonadores sin sal para dar un toque delicioso a tus comidas.
Opta por carnes magras, aves y pescado frescos en lugar de sus versiones enlatadas, ahumadas o procesadas. Además, selecciona alimentos enlatados con bajo contenido de sodio para mantener el sabor sin comprometer la salud. Con estos cambios, puedes disfrutar de una dieta más saludable sin renunciar al placer de comer bien.