El caso de Miut3: A una década del asesinato de la activista digital que enfrentó al narco en Tamaulipas

María del Rosario Fuentes Rubio, conocida como @Miut3 Felina en redes sociales era colaboradora de la página Valor por Tamaulipas

María del Rosario Fuentes Rubio, conocida como @Miut3 o Felina en redes sociales. (Anayeli Tapia/Infobae)

María del Rosario Fuentes Rubio, conocida por su alias de “Felina” o su cuenta “@Miut3″ en redes sociales, pasó de ser una usuaria anónima a convertirse en una figura emblemática de la resistencia civil contra el narcotráfico en Tamaulipas.

Bajo el seudónimo de Felina y con la imagen de Gatúbela como avatar, esta médica utilizó plataformas como Twitter (hoy X) y Facebook para denunciar la violencia, la corrupción y la impunidad que asolaban su estado. Sin embargo, su valentía la convirtió en un blanco del narcotráfico, llevándola a un trágico desenlace que dejó una profunda huella en México que hoy en día no ha sanado.

Un seudónimo que inspiró una lucha digital

El asesinato de María del Rosario Fuentes Rubio, conocida como @Miut3, sigue sin resolverse. (Captura de pantalla/Aristegui Noticias)

En 2011, María del Rosario se unió como colaboradora a las cuentas Valor por Tamaulipas y Responsabilidad por Tamaulipas, creadas para alertar sobre los actos criminales y los enfrentamientos armados en el estado, que en ese entonces sufría la presencia del Cártel del Golfo o Los Zetas.

Estas páginas, manejadas por ciudadanos anónimos, permitían a los usuarios reportar en tiempo real balaceras, bloqueos y zonas de peligro, ofreciendo un servicio crítico en un entorno donde el control del narcotráfico limitaba la información oficial.

Bajo el nombre de “Felina”, María destacó rápidamente en Twitter, utilizando hashtags como #SDRReynosa y #ReynosaFollow para compartir alertas y denunciar tanto a las bandas delictivas como a las autoridades corruptas. Con un estilo combativo y directo, no dudaba en utilizar un lenguaje fuerte contra los cárteles, refiriéndose a ellos con insultos y exponiendo sus actividades.

María del Rosario Fuentes Rubio se convirtió en una especie de heroína para los habitantes de Tamaulipas, quienes valoraban su valentía y su compromiso con la comunidad. Sin embargo, su activismo también llamó la atención de los grupos criminales, quienes comenzaron a amenazarla públicamente a través de las redes sociales por la notoria incomodidad que les causaba.

Las amenazas: un riesgo latente

María del Rosario fue secuestrada y luego asesinada. (Archivo Infobae)

Desde 2013, los administradores de Valor por Tamaulipas y los colaboradores como Felina comenzaron a recibir amenazas explícitas. Un grupo delictivo ofreció una recompensa de 600 mil pesos a quien proporcionara información sobre los administradores de la página o sus familiares.

Estas intimidaciones no detuvieron a María del Rosario, quien continuó denunciando a los criminales y alentando a la ciudadanía a no rendirse ante la violencia.

Sin embargo, el peligro era inminente. Algunos usuarios de Twitter comenzaron a lanzar mensajes que advertían sobre su ubicación, como el caso del usuario @GarzalLaura1942, quien escribió: “Ya estamos cerca de varios. Ten cuidado, Felina”.

Pese a estas señales de alarma, la internauta respondió con determinación. En uno de sus mensajes, dejó claro su propósito: “No juego a ser héroe. Hago lo que me corresponde como ciudadana. No todos nos rendimos ante ustedes”.

Los cárteles comenzaron a distribuir volantes en Reynosa y otras ciudades de Tamaulipas con la recompensa para identificar a los responsables de Valor por Tamaulipas. Aunque muchos en su situación hubieran optado por el silencio, María continuó publicando.

Identidad revelada, secuestro y su trágico final

El 15 de octubre de 2014, la rutina de María del Rosario cambió para siempre. Era una noche común en el hospital donde trabajaba como médica en Reynosa. Atendió a un niño que llegó en brazos de un hombre, convulsionando. Pese a sus esfuerzos, el pequeño no sobrevivió. Lo que María no sabía en ese momento era que este niño era familiar de un miembro de un importante cártel de la región.

Una plataforma ciudadana que desafió a los cárteles en Reynosa. (Captura de pantalla)

Minutos después, hombres armados llegaron al hospital buscando respuestas. En su desesperación, revisaron los teléfonos de los médicos presentes, incluyendo el de María. Al acceder a su dispositivo, descubrieron que era ella quien estaba detrás de la cuenta @Miut3, la tuitera que tanto había denunciado sus actividades y expuesto sus crímenes.

Ese mismo día, María fue secuestrada a las afueras del hospital. Los reportes indican que fue interceptada mientras se dirigía a casa. A partir de ese momento, su paradero fue un misterio para familiares y amigos, quienes comenzaron a temer lo peor.

Al día siguiente, los seguidores de @Miut3 en Twitter notaron algo extraño. La cuenta, hasta entonces activa y con publicaciones de alerta, comenzó a mostrar mensajes que parecían escritos por alguien más. En el primero, su verdadera identidad fue revelada:

“Amigos y familiares, mi nombre real es María del Rosario Fuentes Rubio. Soy doctora, y hoy mi vida ha llegado a su fin”.

El mensaje fue seguido por otros que parecían advertencias póstumas:

“No cometan el mismo error que yo. No se gana nada. Hoy me doy cuenta de que encontré la muerte a cambio de nada”.

Cómo @Miut3 denunció al narcotráfico en Tamaulipas desde el anonimato de las redes sociales. (Captura de pantalla)

Finalmente, la cuenta publicó dos fotografías: en una, María aparecía con vida; en la otra, con un tiro de gracia. Fue la confirmación pública de su asesinato. Las imágenes y los mensajes desataron una ola de indignación y horror en redes sociales, mientras las autoridades locales permanecían en silencio.

Un legado de valentía y resistencia

María del Rosario no solo fue una activista digital, sino también una médica comprometida con su comunidad. Además de su labor profesional, participó en iniciativas de ayuda humanitaria, como el apoyo a víctimas del huracán Ingrid en 2013. Su dedicación al bienestar de los demás la convirtió en un ejemplo tanto dentro como fuera de las redes sociales.

Tras su asesinato, organizaciones internacionales como la UNESCO condenaron el crimen y exigieron a las autoridades mexicanas una investigación exhaustiva. Irina Bokova, entonces directora general de la UNESCO, señaló que esclarecer el caso era fundamental para proteger la libertad de expresión y garantizar el derecho a la información en el país.

Último post de Valor por Tamaulipas. (Captura de pantalla)

El caso de @Miut3 no fue un hecho aislado. En Tamaulipas, y en otras regiones de México, periodistas, activistas y ciudadanos han enfrentado amenazas, secuestros y asesinatos por denunciar las actividades del narcotráfico. En 2011, tres personas fueron asesinadas en Tamaulipas por reportar hechos delictivos en redes sociales. Entre ellas, una periodista cuyo cuerpo fue hallado mutilado como advertencia para otros informantes.

La cuenta de Valor por Tamaulipas, que después cambió su nombre a Valor por Tamaulipas- Justicia para Miut3, cesó sus operaciones en 2020, fecha en la que se puede ver la última publicación en donde se ve una fotografía de la joven, además de otra de María Elizabeth Marías, periodista asesinada en Nuevo Laredo..

A una década del asesinato de María del Rosario Fuentes Rubio, su caso sigue impune. Las autoridades no han identificado ni procesado a los responsables de su secuestro y asesinato.