Así fue la vez que Miguel Ángel Félix Gallardo, ‘El Jefe de Jefes’, dio su única entrevista: “Soy un cadáver”

La reciente publicación de una entrevista con Ismael “El Mayo” Zambada García, cofundador del Cártel de Sinaloa, ha vuelto a enfocar la atención en los escasos narcotraficantes de alto perfil que han hablado públicamente sobre sus vidas y su carrera criminal. Hasta ahora, el veterano capo había concedido sólo una entrevista en su vida, en 2010 al periodista Julio Scherer García —fundador de la revista Proceso—; pero ahora, más de una década después, otorgó otra al escritor y documentalista Diego Enrique Osorno, quien recientemente reveló su encuentro en el libro En la montaña.

Como Zambada, han sido otros los capos que también han dado testimonios ocasionales sobre su vida y actividades, como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán a Kate del Castillo y Sean Penn; Rafael Caro Quintero, ‘El Narco de narcos’, a la periodista Anabel Hernández; Iván Archivaldo Guzmán, líder de ‘Los Chapitos’, quien dio declaraciones al ecuatoriano Ernesto Rodríguez Amari, para el semanario belga Knack; o Dámaso López Serrano, alias ‘El Mini Lic’, quien se ha convertido en fuente primordial para diversos comunicadores.

Entre ellos también destaca la entrevista que la periodista Issa Osorio, de Telemundo, logró hacer a Miguel Ángel Félix Gallardo, apodado ‘El Jefe de Jefes’ y fundador del Cártel de Guadalajara, la única que ha concedido a medios en sus 78 años de vida.

Félix Gallardo, quien en el pasado había rechazado entrevistas con periodistas como Julio Scherer para su libro Máxima Seguridad: Almoloya y Puente Grande, decidió en 2021 romper su silencio en una conversación de sólo 11 minutos con la periodista, a quien detalló su deterioro físico, su negativa de responsabilidad en el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena y su visión sobre la situación de violencia en México.

Después de tres décadas tras las rejas, el hombre que alguna vez fue uno de los criminales más buscados aseguró que ya no tenía esperanzas de recuperar su libertad y describió su existencia como “un cadáver” en vida.

Sentado en una silla de ruedas, con un ojo medio abierto, canoso y sumamente delgado, el narcotraficante detalló cómo los años en prisión habían afectado severamente su salud. Aseguró haber perdido la audición y la visión en un ojo, además de depender de un tanque de oxígeno para poder respirar, debido a una neumonía que había empeorado en los últimos meses previos a la entrevista.

Durante la charla, explicó su pérdida de movilidad, una reciente cirugía de estómago y un estado general que le dejaba pocas expectativas de vida. “Estoy cavando mi propio hoyo para ser enterrado bajo un árbol”, confesó el exlíder criminal, quien incluso mostró un brazo afectado y habló de su incapacidad para caminar sin apoyo.

Miguel Ángel Félix Gallardo, quien está recluido en el Centro de Readaptación Social de Puente Grande, Jalisco, por su presunta implicación en el secuestro, tortura y asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA, ocurrido en 1985, no desaprovechó la oportunidad para negar su culpabilidad en dicho crimen.

Sentenciado a casi 40 años de prisión, Félix Gallardo sostuvo que nunca tuvo nada que ver con el homicidio y afirmó que nunca conoció a Camarena, de quien dijo lamentar su muerte.

“Sé que era un buen hombre”, expresó, aunque insistió en su inocencia y señaló que los verdaderos responsables ya estaban cumpliendo sus condenas.

El exlíder del Cártel de Guadalajara también relató que su arresto en 1989 fue violento, describiendo cómo fue detenido en su casa de Guadalajara, donde estaba acompañado de su familia, sin una orden de aprehensión y bajo fuertes agresiones que le provocaron la fractura de cuatro costillas. Al pedir explicaciones, aseguró que la única respuesta que recibió fue “más tortura”.

Félix Gallardo también se refirió a las series de televisión, como la de “Narcos: México” de Netflix, en las que han dramatizado su vida, mostrando a un líder narco que impulsó el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y tuvo conexiones con el colombiano Pablo Escobar.

El capo negó tales conexiones y criticó estas producciones, señalando que nunca conoció a Escobar ni estuvo en Medellín o Cali. Además, aseguró que no existió el Cártel de Guadalajara, aludiendo a la vida que llevó antes de su arresto y describiendo su ocupación como agricultor y ganadero.

Afirmó que su familia fue una de las primeras en exportar legumbres a Estados Unidos en los años 40 y agregó que también tenía farmacias y dos hoteles. “No me dediqué al narcotráfico ni fui un hombre de armas”, aseguró, en clara discrepancia con su imagen pública y la narrativa televisiva que lo ha retratado como el “zar de la cocaína”.

Respecto a la situación de violencia en México, Félix Gallardo indicó que, aunque no estaba al tanto de los acontecimientos actuales, consideraba que la violencia es una consecuencia de la falta de empleo y la desigualdad social.

Manifestó su apoyo al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien describió como “un hombre de buena voluntad” y señaló que su administración estaba abordando las causas de fondo de la violencia.

Expresó que la desigualdad social se estaba combatiendo con programas sociales y pensiones, iniciativas que, a su juicio, merecían tiempo para tener un impacto duradero.

A pesar de que Félix Gallardo era elegible para la amnistía a reos de avanzada edad impulsada por AMLO, afirmó que no buscaría su libertad y aclaró que no deseaba “quitarle el tiempo” al mandatario.

Expresó que, en lugar de pensar en salir de prisión, solo deseaba que se le devuelvan los muebles que le quitaron a su familia y que le permitan descansar bajo un árbol. “Perdí a más de la mitad de mi familia en prisión”, dijo, recordando la muerte de su madre y de una hija durante sus años de encarcelamiento.

Al ser cuestionado por la periodista sobre cómo deseaba ser recordado, Félix Gallardo respondió: “Como la persona honesta que fui siempre, un hombre que no fue de armas”, una declaración que contrasta con el personaje temido y venerado que alguna vez fue uno de los grandes líderes del narcotráfico mexicano.