En 2018, José Carlos Acosta Ruiz, entonces alcalde electo de Xochimilco, reportó haber recibido amenazas directas de un hombre que se identificó como comandante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Su denuncia marcó uno de los primeros indicios de la incursión del grupo criminal de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, en la Ciudad de México.
La amenaza directa a Acosta Ruiz fue el primer indicio de que el grupo originario de Jalisco había llegado a la CDMX. Aunque en su momento las autoridades le dijeron al funcionario que probablemente eran “imitadores”, recientes revelaciones hechas por el periodista Antonio Nieto señalan que en realidad el CJNG habría comenzado a extender su influencia en la capital desde 2017, entrando precisamente por la alcaldía Xochimilco y su vecina Milpa Alta.
De acuerdo con una nota periodística del medio Periódico Central, fue el 3 de agosto de 2018 cuando José Carlos Acosta Ruiz, quien un mes antes había ganado la elección para dirigir la demarcación, denunció haber recibido una llamada amenazante de un hombre que se identificó como comandante del CJNG.
Durante la conversación, el supuesto líder del cártel le advirtió que debía “alinearse” y estar disponible para colaborar con la organización una vez que asumiera el cargo de alcalde en Xochimilco. De no hacerlo, aseguró que comenzarían a “rodar cabezas” de personas cercanas a Acosta Ruiz.
Acosta Ruiz presentó la denuncia ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México, que abrió una carpeta de investigación por tentativa de extorsión. El alcalde electo también señaló que continuó recibiendo llamadas de números desconocidos, aunque optó por no contestarlas. En respuesta a la denuncia, la PGJ contactó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) para intercambiar información sobre la posible presencia del CJNG en la Ciudad de México.
Sin embargo, en ese entonces todavía en la gestión de Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se negaba una y otra vez la presencia de cárteles del narcotráfico en la capital.
En abril de 2016, el perredista afirmó que en la ciudad existían delitos como lavado de dinero y trata de personas, pero descartó el asentamiento de cárteles. En julio de 2017, tras un operativo en Tláhuac que resultó en la muerte de Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, líder del llamado “Cártel de Tláhuac”, Mancera insistió en que se trataba de una organización de narcomenudeo y no de un cártel, por lo que mucho menos se hablaría de la llegada de los jaliscienses a la Ciudad de México.
Los primeros movimientos
La denuncia de Acosta Ruiz coincide con la expansión del CJNG en varias zonas de la Ciudad de México y el Estado de México a partir de 2017. Según información de Antonio Nieto, periodista especializado en temas de crimen organizado, el cártel ingresó a la capital y municipios aledaños mediante una serie de estrategias que incluían reclutamiento de locales y formación de alianzas con grupos menores.
La llamada “Operación Humo” fue clave en su despliegue, involucrando a exreos y operadores locales para garantizar el control de mercados de droga en áreas estratégicas.
Bajo el liderazgo de “El Mencho”, el cártel buscó consolidar su dominio primero en Xochimilco y Milpa Alta, utilizando su estructura de extorsión y violencia para ganar territorio en la región.
Entre 2018 y 2019, el cártel avanzó en la zona metropolitana. En un caso emblemático, en 2019, el CJNG fue responsable del asesinato de dos ciudadanos israelíes en Plaza Artz, un acto que confirmó su capacidad de ejecución en áreas urbanas concurridas.
Paralelamente, en un intento de consolidar su base de operaciones, el CJNG comenzó a reclutar a capitalinos y llevarlos a entrenar a Puerto Vallarta. Posteriormente, estos individuos fueron movilizados hacia municipios estratégicos del Edomex, como Cuautitlán Izcalli, Coacalco y Atizapán, donde lograron consolidar su presencia en el mercado de drogas. Su control se extendió paulatinamente hacia Ixtapaluca, Chalco y Valle de Chalco.
En 2020, la organización se posicionó en el centro de atención nacional tras el atentado contra el entonces secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, en una emboscada atribuida a integrantes del CJNG.
Aunque el cártel se ha expandido a zonas como Iztapalapa, Coyoacán y Gustavo A. Madero, según documentos publicados por Nieto, el grupo enfrenta una resistencia constante de grupos rivales, particularmente de la Unión Tepito, que tiene su bastión principal en las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.
Para competir en estos territorios, el CJNG ha desplegado a líderes regionales como el “Comandante Flaco”, quien coordina operaciones en áreas de alta conflictividad. En su expansión, el grupo ha implementado estrategias que incluyen la distribución de drogas, la extorsión y la infiltración en empresas locales, con el propósito de obtener el control financiero y territorial en zonas donde la presencia de sus rivales es fuerte.
La alianza
Para enfrentar a este rival y consolidar su presencia en la CDMX, el CJNG ha sellado recientemente una alianza con la Anti-Unión Tepito, un grupo criminal rival de la Unión. De acuerdo con reportes de Milenio y el periodista Carlos Jiménez, el objetivo de esta alianza es ganar terreno en colonias clave.
La colaboración con la Anti-Unión también incluye a otros grupos criminales menores, y juntos buscan asumir el control de los delitos de extorsión y narcomenudeo en estas áreas estratégicas.
Esta nueva alianza ya ha generado una escalada de violencia. Tan solo entre el 25 y el 28 de octubre se registraron seis ejecuciones en la colonia Morelos, en un contexto de enfrentamientos directos entre los grupos.
La presencia del CJNG en la Ciudad de México ha cambiado el escenario del crimen organizado en la capital, donde las autoridades enfrentan un nuevo reto de seguridad.