Después de 58 días de guerra, los enfrentamientos entre Los Chapitos y El Mayito Flaco provocaron un incremento en el número de homicidios dolosos registrados en Sinaloa: desde el 9 de septiembre al 4 de noviembre, suman 306 personas asesinadas en la entidad, según datos del informe diario interinstitucional a nivel local y federal.
Además de las personas asesinadas, la guerra provocó una ola de desapariciones, robos, amenazas y suspensión de clases y actividades empresariales por temor a la violencia; también se han denunciado presuntos vínculos de las autoridades -incluido el gobernador Rubén Rocha Moya- con ambas facciones del Cártel de Sinaloa.
Presuntos sicarios de ambos bandos (Chapitos y Mayito Flaco) han circulado videos y audios en los que afirman estar ganando la guerra: presumen “interrogatorios” a pistoleros que después aparecen sin vida y con signos de tortura; detenciones del grupo rival y apoyo de las fuerzas armadas. A casi dos meses de guerra, no está claro quién va ganando; tampoco, cuando se terminará la violencia.
Infobae México ha conversado con varios periodistas expertos en narcotráfico y crimen organizado; nombres como Jesús Lemus, José Luis Montenegro, Ricardo Ravelo y José Reveles coinciden en el fin del Cártel de Sinaloa como lo conocimos:
“Ya no es como lo conocíamos. Esa organización con varios líderes del narco que podían dividirse en varias zonas comandadas por personajes como El Güero Palma, Rafael Caro Quintero, Mayo Zambada, Chapo Guzmán o Juan José Esparragoza Moreno, ya no existe. Esa organización capaz de tener acuerdos con otras organizaciones y mantener una pax narca sin que se trastocaran los negocios del otra, ya no existe. Esa organización que era más ' amigable’ con otros grupos dejó de existir; ahora es una lucha encarnizada por el poder”: José Luis Montenegro.
¿Quién está perdiendo la guerra?
La aparición de narcomantas y ataques en Durango y Nayarit, unas de las zonas más estratégicas para el Cártel de Sinaloa, sugieren que la guerra ya se trasladó a otros estados y que algunas familias ya se alinearon a uno de los dos bandos.
El caso de Vascogil (Durango), principal centro de operaciones de los hermanos Cabrera Sarabia es un ejemplo caro de ello, pues se les acusa (en narcomantas) de apoyar al Mayito Flaco y ser unos de los principales generadores de violencia en la frontera con Zacatecas.
Además de los Cabrera Sarabia, ha trascendido que el Cártel de Caborca y el Cártel de Guasave (el último en manos del Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro) también dieron su apoyo a Ismael Zambada Sicairos; mientras que Los Chapitos estarían negociando con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) una tregua sin precedentes y con miras más allá de ganar la guerra.
Para el periodista Jesús Lemus, autor de libros como El Licenciado y El Cártel Judicial, son Los Chapitos quienes perderán la batalla:
“El cártel del Mayito Flaco es el que va a predominar, por lo menos geográficamente en la zona de Sinaloa y posiblemente a Los Chapitos los vayan expulsando hacia la región de Baja California”.
Los Chapitos se replegarán al primer centro de operaciones de su padre
Baja California es y ha sido la joya de la corona para los cárteles mexicanos, principalmente por su cercanía con California, uno de los estados con mayor consumo de drogas a nivel mundial y con quien comparte la frontera más transitada entre México y Estados Unidos.
Aunque no fueron los primeros en dominar esa frontera, el Cártel de los Arellano Félix es una de las organizaciones que tuvo mayor fuerza en la región; sin embargo, otros capos como Ismael El Mayo Zambada -quien huyó de la zona por amenazas de Benjamín y Ramón Arellano Félix- y Joaquín El Chapo Guzmán también operaron desde la frontera de Baja California.
Jesús Blancornelas escribió en su libro “El Cártel” que tras el arresto de Miguel Ángel Félix Gallardo, el llamado Jefe de Jefes hizo una repartición de las plazas controladas por el Cártel de Guadalajara: Tijuana quedó en manos de Jesús Labra (maestro de los Arellano Félix), Mexicali a Rafael Chao y Tecate al Chapo Guzmán.
De esa presunta repartición ya pasaron más de tres décadas y el mapa criminal se ha movido, aunque Los Menores, como también se les conoce a Los Chapitos, siguen teniendo presencia en el estado y se disputan a muerte con Los Rusos y con el Cártel de Caborca el control de San Luis Río Colorado, en la frontera entre Baja California y Sonora.
La guerra entre Los Rusos y Los Chapitos tiene sus orígenes en el año 2020, luego de que la relación se tensara por la presunta negativa del Mayo Zambada para ayudar a Los Menores en el primer culiacanazo. Casi cinco años después, Los Chapitos siguen sin poder derrotar a Jesús Alexandro Sánchez Félix, alias El Ruso, el encargado de defender la plaza a la que los hijos de Guzmán Loera podrían refugiarse en caso de perder la guerra contra El Mayito Flaco.