El metro de la Ciudad de México, un vasto y complejo sistema de transporte subterráneo que serpentea por la metrópolis, no solo es un medio de desplazamiento masivo, sino también el escenario de un fascinante mundo de mitos y misterios. Durante décadas, ha sido el foco de innumerables historias y leyendas urbanas que han mantenido cautivada a la imaginación de los habitantes de la capital y visitantes por igual.
En esta exploración, descubriremos las narrativas más intrigantes y enigmáticas que han perdurado en el tiempo. Desde relatos de viajes temporales que desafían la lógica hasta las inquietantes apariciones de fantasmas en las estaciones y túneles, sin olvidar la famosa ‘rata gigante’ que generó pánico en los años 80. Cada una de estas leyendas arroja una nueva luz sobre la compleja red de trenes y estaciones que conforma el metro de la CDMX.
El vagón de la muerte
Se trata de una famosa leyenda urbana del metro de la Ciudad de México. La historia gira en torno a la existencia de un vagón de metro misterioso que aparece ocasionalmente en diferentes líneas y estaciones. Se dice que este vagón está completamente oscuro en su interior y, a pesar de no estar en servicio, atrae a personas valientes que se aventuran a bordarlo.
Los relatos sobre este vagón incluyen experiencias aterradoras, como alistamientos de figuras sombrías, voces susurrantes y sensaciones paranormales. La leyenda advierte que aquellos que lo abordan corren el riesgo de sufrir terribles consecuencias, como desaparecer misteriosamente o quedar atrapados en un mundo paralelo. Aunque esta historia agrega un toque de misterio y emoción al metro de la Ciudad de México.
Los túneles secretos
La leyenda de los “túneles secretos” en el metro de la Ciudad de México es una narrativa que sugiere la existencia de una red oculta de pasadizos subterráneos que conectan diferentes partes de la ciudad. Estos túneles supuestamente se utilizan para propósitos misteriosos y a menudo se asocian con actividades ilegales como el contrabando de personas o mercancías.
Se dice que estos túneles permiten el acceso a lugares inaccesibles de la ciudad, como bases militares, propiedades privadas o incluso otras dimensiones. También que se utilizan para llevar a cabo actividades ilegales o secretas, como el contrabando de drogas, el tráfico de personas o experimentos científicos prohibidos.
La leyenda sugiere que las personas que entran en estos túneles a menudo desaparecen sin dejar rastro, lo que alimenta aún más el misterio. A menudo se especula que los túneles tienen sus raíces en la historia de la ciudad, como pasadizos secretos utilizados durante conflictos o conspiraciones históricas.
El triángulo de las Bermudas del Metro
En el año 2019 varios medios dieron una noticia que algunos titularon como “El triángulo de las Bermudas del metro”. Esto después de que se informara de la desaparición de 153 personas en un periodo de cuatro años.
Si bien, lo anterior podía agregarse a las filas de desapariciones forzadas y delincuencia dentro de esta red de transporte, lo que lo convirtió en leyenda urbana y le añadió una dosis de misterio a la historia, es que muchos de estos desaparecidos fueron rastreados por las cámaras del metro y el desenlace de su trayecto desconcertó a las autoridades. Y es que a muchos se les vio subir al vagón del metro en alguna estación, pero jamás bajar. Lo que sugeriría que desaparecieron sin más.
Los videos de leyendas urbanas de YouTube más sensacionalistas sugieren que los túneles del metro al estar bajo muchos metros de tierra, guardan portales energéticos que han llevado a estas personas a otras dimensiones.
No obstante, cabe resaltar que quince personas de las 153 fueron encontradas más tarde. Una mujer de aquel grupo contó que vivió un intento de secuestro en la estación Chabacano, como se puede leer en El País.
Fantasmas en Pino Suárez
El metro Pino Suárez, una importante estación de transbordo en el sistema de transporte del metro de la Ciudad de México, es conocido por su propia leyenda de fantasmas. Al pertenecer a la línea más antigua, sin duda alberga muchas historias.
Por ejemplo, la leyenda de los fantasmas de personas que murieron en un incendio en la estación en 1984 y que todavía deambulan por los pasillos y plataformas. Se cuenta que los pasajeros han informado avistamientos de figuras sombrías. Las historias varían, pero algunas de ellas se centran en la idea de que los fantasmas de las víctimas del incendio no pueden encontrar la paz y continúan vagando por el lugar.
Otras personas han reportado que en dicho lugar de pronto se pueden observar los fantasmas de aztecas. Personas de piel morena con las indumentarias características de dicha civilización ancestral. Cabe recordar que en esa estación se encuentra el adoratorio a Ehécatl, en donde antiguamente se realizaban adoraciones y sacrificios a los Dioses.
Otros más han visto supuestos monjes de la época colonial que deambulan por los pasillos por la noche, mientras hacen alguna especie de rezos. Algunos dicen que la razón es porque allí, durante la época de la Nueva España había túneles y calabozos diseñados para torturas.
Fallos de la realidad
Existe una teoría que sostiene que el metro es un lugar propicio para presenciar anomalías en la realidad. Según algunos relatos, los pasajeros experimentan momentos inusuales mientras viajan en el metro, como detenciones inesperadas en estaciones por las que ya habían pasado. Otras historias cuentan que se saltan de una estación a otra que no era subsecuente, como si una estación intermedia desapareciera de repente. Los usuarios, confundidos, se ven obligados a descender en una estación y regresar para alcanzar su destino original.
Testimonios similares abundan en las redes sociales, donde muchos afirman que el tiempo parece comportarse de manera distinta durante los trayectos por los túneles del metro. Una historia ampliamente conocida cuenta cómo un viaje que debía durar aproximadamente 15 minutos, en realidad se extendió durante 8 horas. Cuando la personas finalmente llegó a su destino, se encontró con un cielo que, al momento de abordar, era diurno, pero que al salir era nocturno. Estas experiencias peculiares alimentan la especulación sobre la percepción del tiempo en el metro.
La rata gigante
En los años ochenta, se difundió una historia que sembró cierto temor en la sociedad. Corría el rumor entre los ciudadanos de una rata gigante que merodeaba el mercado principal de La Merced y sus alrededores, siendo su guarida preferida los túneles del metro. Los testigos afirmaban que esta criatura tenía dimensiones equiparables a las de un perro de tamaño mediano. La noticia se propagó rápidamente de boca en boca, desencadenando una especie de histeria colectiva. El pánico aumentó especialmente después de que mascotas desaparecieran y posteriormente fueran encontradas con mordeduras y mutilaciones.
Para hacer frente a esta situación, el gobierno de la Ciudad de México se vio obligado a intervenir. Junto a la Secretaría de Salud, lanzaron una campaña contra la fauna nociva en la ciudad, realizando fumigaciones en diversos puntos durante meses. A pesar de los esfuerzos, la rata gigante nunca fue capturada. Esta leyenda se ha convertido en una de las más célebres del metro y la ciudad, perdurando en el imaginario colectivo. Incluso en la actualidad, sigue siendo una de las historias favoritas de los comerciantes del mercado de La Merced.