Así fue la vez que el Cártel de Sinaloa arrojó cuerpos desde una avioneta para ‘castigar’ a Alfredo Beltrán Leyva, ‘El Mochomo’

Alfredo Beltrán cumple una cadena perpetua en la misma prisión que ‘El Chapo’ Guzmán

Alfredo Beltrán Leyva fue sentenciado a prisión vitalicia en EEUU.

En 2008 ocurrió una de las rupturas entre jefes criminales de mayor envergadura en la historia reciente del país. La separación del clan Beltrán Leyva respecto al Cártel de Sinaloa ocasionó una oleada de violencia que, para ese entonces, no tenía precedentes. No obstante, las tensiones eran perceptibles desde años anteriores.

De acuerdo con información recogida por el periodista José Reveles en su libro El cártel incómodo, los máximos líderes del grupo criminal en ese entonces —Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán e Ismael ‘El Mayo’ Zambada— subestimaron la influencia que tenía en la época la célula encabezada por Alfredo Beltrán Leyva, alias ‘El Mochomo’, y sus hermanos.

Para el año 2005, ‘El Mochomo’ ya se había consolidado como uno de los traficantes de heroína de mayor relevancia. Acorde con la investigación de Reveles, su poder y ambición generó en aquel tiempo una serie de rupturas con la cúpula del cártel, especialmente con Adán Salazar Zamorano, alias ‘Don Adán’, uno de los hombres de mayor confianza del ‘Chapo’.

“[’Don Adán’] estaba siendo atacado por otros miembros insubordinados del propio cártel y la pugna amenazaba con colapsar por parálisis el flujo de la droga de México hacia Estados Unidos por los rumbos de Sásabe, Navojoa, las sierras de Álamos y San Bernardo, al igual que otros de esos caminos como Agua Prieta y Naco”, señala el periodista.

Presumiblemente, los traficantes reclutados por Salazar Zamorano habrían sido alentados por Alfredo Beltrán para hacer negocios por su propia cuenta, aprovechando el conocimiento que tenían para traficar droga en la frontera de Sonora con Arizona.

En ese contexto, los líderes del cártel llegaron a la conclusión de que era “necesario castigar y quitar del camino al ‘Mochomo’”, quien insistió en repetidas ocasiones con apoderarse de la ruta para el trasiego de narcóticos.

La captura de Alfredo Beltrán Leyva desató una violenta guerra entre el clan y el Cártel de Sinaloa.

Según cita Reveles, el plan de los jefes del grupo criminal no contemplaba la muerte del ‘Mochomo’, pues reconocían que eso desataría una violenta confrontación. Su alternativa, aparentemente, era entregarlo a las autoridades, lo cual resultaba complicado debido a la extensa red de influencias que los Beltrán Leyva habían logrado consolidar.

En un intento por disciplinar al ‘Mochomo’, los líderes del Cártel de Sinaloa le enviaron múltiples mensajes. El más violento llegó en octubre de 2005.

El día 22 de aquel mes, una avioneta sobrevoló varios ranchos de la comunidad de Masiaca, en el municipio de Navojoa, Sonora. Desde la aeronave fueron arrojados los cuerpos de cuatro personas ejecutadas.

Posteriormente se confirmó que uno de los cuerpos era de Raúl Enríquez Parra, alias ‘El Nueve’, líder de la célula criminal de Los Números y operador de Alfredo Beltrán Leyva. Las otras tres víctimas fueron identificadas como Rosario Parra Valenzuela, Alfonso García Fernández y Héctor Alonso Ahumada Martínez. Todos presentaban el tiro de gracia, así como huellas de tortura.

Según reportes de El Universal, los cuerpos portaban varias credenciales, lo que pudo haber sido una técnica de los agresores para que no hubiera dudas respecto a sus identidades.

La agrupación de Los Números, conocidos también como Los Güeritos, fue la principal sospechosa de la desaparición del periodista Alfredo Jiménez Mota, quien trabajaba para El Imparcial.

Alfredo Jiménez desapareció el 2 de abril de 2005, cuando tenía 25 años de edad, y nunca se supo más de él. Meses antes, en enero, publicó una radiografía que evidenciaba las actividades criminales de “Los Tres Caballeros”, como bautizó a los Beltrán Leyva.