Juan Rulfo, una de las figuras más emblemáticas de la literatura latinoamericana del siglo XX, no solo dejó una huella imborrable en las letras, sino también en el arte de la fotografía. Su obra fotográfica ofrece un vistazo único al México de mediados del siglo XX, revelando un panorama inquietante que resuena con la atmósfera de sus narrativas.
El libro “Inframundo. El México de Juan Rulfo” reúne cien imágenes capturadas entre 1940 y 1955. Estas fotografías no son meras instantáneas; reflejan la mirada aguda y artística de Rulfo, un apasionado que combina la realidad con la fantasía. La influencia de su formación como fotógrafo se entrelaza de manera indisoluble con su estilo literario, convirtiéndolo en un narrador singular, capaz de retratar la esencia de un México rural, marcado por las secuelas de la Revolución.
Rulfo, un hombre conocido por su timidez y su carácter introvertido, empezó su andanza fotográfica en los años 30. Durante las décadas de 1940 y 1950, compaginó su pasión por la fotografía con la escritura de obras icónicas como El llano en llamas y Pedro Páramo. Su trabajo como vendedor de neumáticos para Goodrich Euzkadi le permitió viajar por el país, lo que alimentó su interés por el montañismo y le brindó numerosas oportunidades para capturar la diversidad paisajística de México.
Entre sus proyectos fotográficos, destacan series sobre estaciones de ferrocarril y el cine. En 1955, mientras se filmaba Talpa, la primera adaptación cinematográfica de un cuento suyo, Rulfo no solo fue un observador, sino un participante activo, documentando la producción con su cámara y creando un archivo visual que incluye aproximadamente 150 fotografías de actores, entre ellos la icónica María Félix.
Las imágenes de Rulfo no solo retratan a personas; también capturan la esencia del paisaje mexicano: árboles marchitos, cactus y los infinitos horizontes de magueyes y agaves, que no solo son parte de la cultura local, sino que también alimentan las tradiciones del pulque y el tequila. Desde su primera publicación a los 17 años en la revista América, Rulfo demostró ser un fotógrafo profesional, con un enfoque estructurado y creativo que iba más allá de lo casual.
Su obra fue presentada en varias revistas como Mapa, Acción Indigenista y Sucesos para Todos. El reconocimiento llegó a su cúspide en 1980 con una gran exposición en el Palacio Nacional de Bellas Artes, en un homenaje nacional que celebró su legado. Más recientemente, en 2017, se publicó El fotógrafo Juan Rulfo, una recopilación que honra su contribución al mundo visual.
Así, Juan Rulfo permanece en la memoria colectiva no solo como un gran escritor, sino también como un fotógrafo visionario, cuyas imágenes siguen hablando del alma de México.