En enero de 2024, el juez Brian Cogan de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York recibió una carta de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, la cual estaba traducida por su abogada, Mariel Colón Miró.
Para ese entonces ya habían pasado cuatro años y medio desde que ‘El Chapo’ fue sentenciado a cadena perpetua por su responsabilidad en 10 cargos criminales vinculados a su papel como cofundador y líder del Cártel de Sinaloa.
No obstante, en un intento por revertir la decisión judicial, Guzmán Loera escribió una misiva en la que enlistó una serie de supuestas inconsistencias en su proceso. “Le pido respetuosamente que aplique la ley de manera imparcial, anule la sentencia y ordene un nuevo juicio”, se lee en el documento consultado por Infobae México.
Apelando a la compasión del juez, ‘El Chapo’ habló de su vida y contó su versión del episodio que cambió su destino para siempre.
Su “problema”, como él lo llama, empezó en el Aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, el 24 de mayo de 1993, cuando asesinaron al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
Según el propio Guzmán Loera, ese día él llegó a la terminal aérea con la intención de ir a la playa. Al salir de su automóvil, escuchó varios disparos, por lo que corrió para buscar refugio y dejó sus pertenencias en el vehículo, incluida su identificación.
“El Gobierno de México se aprovechó de esa situación y tomó los documentos para tener alguien a quién culpar”, señala la carta del ‘Chapo’.
“Al día siguiente, el Gobierno de México inventó una historia, la cual se difundió a través de los medios. Ellos inventaron que el señor Guzmán había estado en un fuego cruzado contra un grupo rival de narcotraficantes, los Arellano Félix, y que el cardenal había muerto en el intercambio de balas”, añade el texto traducido por la abogada.
La primera versión oficial que compartió la entonces Procuraduría General de la República (PGR) encabezada por Jorge Carpizo apuntaba, precisamente, a que el cardenal había sido una víctima colateral de un supuesto enfrentamiento. Los análisis forenses derrumbaron tal narrativa poco después, ya que los disparos que mataron a Posadas y a su chofer, Pedro Pérez Hernández, no atravesaron el automóvil. Las decenas de balas fueron descargadas a corta distancia y de forma directa contra las víctimas.
Ante dicho hallazgo, la PGR replanteó su versión y sugirió que un grupo de pistoleros de los Arellano Félix habría confundido al cardenal Posadas con ‘El Chapo’, a quien buscaban para matarlo en el aeropuerto. No obstante, declaraciones de los presuntos sicarios señalaron que ellos ya no estaban en el lugar cuando el religioso fue asesinado. Además, las características físicas de Posadas y del ‘Chapo’ hacían inverosímil una posible confusión.
En julio de 1998, un organismo llamado Grupo Interinstitucional para el Caso Posadas asumió las funciones de Ministerio Público para recabar indicios. Un par de años después, sus investigaciones llevaron al surgimiento de una nueva hipótesis: el homicidio habría sido premeditado y directo por un tercer grupo, ajeno a los Arellano Félix y al ‘Chapo’.
Dicha versión señalaba como supuesto implicado al entonces jefe de la Policía Judicial Federal, Rodolfo León Aragón. Supuestamente, altos funcionarios del gobierno trataban de recuperar varios documentos en poder del cardenal Posadas que, presuntamente, revelaban nexos entre autoridades y grupos criminales.
A más de 31 años, el caso sigue sin quedar plenamente esclarecido. La certeza es que, a partir del asesinato, ‘El Chapo’ Guzmán paso de tener un bajo perfil a ser un personaje del crimen organizado reconocido a nivel internacional. “Desde ese momento, el mundo conoció al señor Guzmán”, establece la carta del ‘Chapo’.
La intensa cacería que las autoridades pusieron en marcha para ubicar al cofundador del Cártel de Sinaloa permitió que fuera capturado el 9 de junio de ese mismo año en Guatemala. Actualmente, purga la pena de prisión vitalicia en ADX Florence, un centro penitenciario de alta seguridad en el desierto de Colorado, EEUU.