El Cártel de Sinaloa es una organización criminal que, además del tráfico de drogas, también está involucrada en múltiples asesinatos contra miembros de grupos rivales, autoridades y civiles, según reportes de inteligencia del Gobierno de Estados Unidos.
Desde hace más de una década, autoridades del país vecino han tenido bajo la mira a dos de sus fundadores: Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán e Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Ambos enfrentan la justicia estadounidense. El primero cumple una cadena perpetua y el segundo fue detenido el pasado 25 de julio.
En abril de 2012, los dos capos fueron acusados por un gran jurado federal del Distrito Oeste de Texas por su involucramiento en diversas actividades ilícitas, tales como trasiego de droga, lavado de dinero, posesión de armas de fuego y asesinato en apoyo de una empresa criminal.
Según Estados Unidos, el Cártel de Sinaloa lleva a cabo asesinatos por diversas razones. Una de ellas es cuando los traficantes llegan a perder un cargamento de droga u otro tipo de mercancía. Si no son privados de su vida, son torturados debido a la falta cometida.
“El cártel y sus asociados secuestran, torturan y asesinan a quienes pierden o roban bienes que pertenecen al cártel, son desleales a él o son enemigos suyos”, se lee en la acusación presentada en aquella ocasión sobre los crímenes perpetrados por esta organización.
Para publicitar sus actos criminales, en ocasiones las víctimas son sometidas a “brutales” actos de violencia y sus cuerpos son exhibidos en la vía pública, junto a pancartas con advertencias dirigidas hacia aquellos que atenten contra el cártel.
Lo anterior quedó demostrado en septiembre de 2009, cuando diversos integrantes del Cártel de Sinaloa asesinaron a un ciudadano de Texas que perdió un cargamento de droga.
La víctima residía en Horizon City y se ha había asociado con el cártel para distribuir sustancias ilícitas. Sin embargo, el 5 de agosto de 2009 perdió un cargamento de poco más de 300 kilogramos de marihuana, luego de que la Patrulla Fronteriza lo incautara en el puesto de control de Sierra Blanca.
En respuesta, cuatro integrantes de la organización criminal —identificados como José Antonio Torres Marrufo, Gabino Salas Valenciano, Fernando Arellano Romero y Mario Iglesias Villegas— conspiraron para secuestrar y asesinar al ciudadano de Texas.
La víctima fue privada de su libertad y posteriormente la trasladaron a Juárez, en México, donde Torres Marrufo lo interrogó y dio la orden de que lo mataran. El 8 de septiembre de 2009, la víctima fue localizada en la ciudad fronteriza ubicada en el estado de Chihuahua. Su cuerpo había sido mutilado y exhibido en la vía pública.
Meses después, el 7 de mayo de 2010, Torres Marrufo volvió a conspirar junto a Iglesias Villegas y Arellano Romero para secuestrar y asesinar a un ciudadano estadounidense y a dos miembros de su familia.
Bajo el liderazgo de ‘El Mayo’ y ‘El Chapo’, Torres Marrufo ordenó que un integrante del cártel viajara a la ceremonia de una boda en Juárez para cumplir con un objetivo en concreto: asesinar al novio (residente de Columbus, Nuevo México), a su hermano y a su tío. Las tres víctimas fueron secuestrados durante la fiesta y posteriormente torturados y asesinados.
Al igual que en el caso anterior, sus cuerpos fueron localizados en Juárez, al interior de una camioneta abandonada. Se presume que estos asesinatos se derivó de una supuesta “traición”, aunque las autoridades no brindaron mayores detalles sobre lo ocurrido.