Un perro sobrevivió a los efectos del huracán Milton en Yucatán tras ser amarrado a un muelle. Imposibilitado para desatarse, el can tuvo que flotar para sobrevivir.
Policías lo encontraron mientras recorrían la localidad de Río Lagartos, para auxiliar a cualquier que lo necesitara. Sin dudarlo, lo ayudaron a salir y lo alimentaron.
“Esta mañana, durante los recorridos de vigilancia y apoyo a la población, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública vieron a un perro que había sido amarrado en el muelle de Río Lagartos y que con la creciente quedó en el mar. Lo pusieron a salvo y le dieron de comer. Apreciamos la labor de nuestros compañeros policías”, señalaron las autoridades vía redes sociales.
La publicación estuvo acompañada por una serie de fotos en las que se puede ver que el animal de compañía tenía el cuerpo cubierto por el agua casi por completo. Por suerte, fue encontrado por la policía.
¿Cuáles son las sanciones por crueldad animal en Yucatán?
En el estado de Yucatán, abandonar a un animal es un delito tipificado en el Código Penal local, que en su artículo 408 refiere: “Se considera delito de crueldad animal, a quien abandone a cualquier animal de tal manera que quede expuesto a riesgos que amenacen su integridad, la de otros animales o de las personas”.
La sanción para esta modalidad de una pena de seis meses a dos años de prisión y multa de cincuenta a ciento cincuenta Unidades de Medida y Actualización.
Por otra, los actos de crueldad animal que conduzcan a la muerte del animal pueden ser castigados de seis meses a cinco años de prisión y una multa de mil a dos mil Unidades de Medida y Actualización. Así lo establece el artículo 409, el cual señala también lo siguiente:
“En caso de que se haga uso de métodos que provoquen un grave sufrimiento al animal, previo a su muerte, las penas se aumentarán en una mitad. Se entenderá por métodos que provocan un grave sufrimiento, todos aquellos que lleven a una muerte no inmediata y prolonguen la agonía de éste”.
Conviene mencionar que el citado artículo fue reformado recientemente a través de la Ley Rufo, una iniciativa impulsada luego de que un perro en situación de calle fuera decapitado.
El asesinato de Rufo fue denunciado por la organización de la sociedad civil Sanando Corazones Perrunos, a cual se comprometió a dar seguimiento al caso y a luchar porque la crueldad animal fuera castigada más severamente.