En días recientes, autoridades estatales y federales llevaron a cabo un operativo de seguridad en Culiacán, Sinaloa, que resultó en el inesperado hallazgo del fuselaje de una avioneta.
A través de la Unidad Especializada Antisecuestros (UEA), el 5 de octubre agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) ejecutaron una orden de cateo en un domicilio de la colonia La Lima, perteneciente a la capital sinaloense.
La operación, coordinada con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tenía como objetivo la liberación de una persona originaria del estado de Nuevo León que se encontraba privada de su libertad.
Al inspeccionar la propiedad, las autoridades encontraron a la víctima, pero también se toparon con el hallazgo de una aeronave tipo Cessna 421 con aparentes huellas de deterioro. El fuselaje tenía sobrepuesta la matrícula XB-JPI, pero al ingresar los datos a plataformas como Flight Aware para monitorear sus traslados recientes, el sistema no arroja resultados. Por tal motivo, se desconoce si dicha matrícula sería auténtica.
Tras el rescate, diversos medios locales difundieron de manera extraoficial la versión de que el neoleonés habría sido engañado por miembros del Cártel de Sinaloa para conseguir que llegara a Culiacán, en donde lo obligarían a producir fentanilo e incluso a reparar la aeronave.
El reporte de la Fiscalía estatal expone que en el domicilio fueron encontrados diversos artefactos que, aparentemente, se utilizarían para la elaboración de drogas sintéticas. Además, los uniformados decomisaron equipo industrial para la fabricación de sustancias químicas, lo que podría constituir indicios de un supuesto narcolaboratorio.
Sin embargo, el comunicado oficial no hace referencia alguna a los motivos por los cuales el fuselaje de la avioneta estaría en el inmueble, por lo que la narrativa previamente señalada no cuenta, hasta la presente publicación, con respaldo de ninguna autoridad.
En una primera entrevista con la UEA, el hombre oriundo de Nuevo León narró que, en efecto, fue mediante engaños que lo llevaron a Culiacán “a fin de realizar un trabajo comercial”. Hasta la mañana del 7 de octubre, ninguna corporación ha brindado información respecto a las personas que estarían detrás de los hechos.
“Los artículos decomisados quedaron a disposición del Ministerio Público Especializado en el Combate al Delito de Secuestro, mismo que continúa con las investigaciones encaminadas en lograr la identificación de los presuntos captores y determinar la comisión de otros delitos que pudieran constituirse”, expuso la Fiscalía en su informe.
Un día antes de estos hechos se registró que nueve personas fueron privadas de su libertad en el centro de rehabilitación ‘Un rayo de luz’, también ubicado en Culiacán. En su conferencia semanal del 7 de octubre, el gobernador Rubén Rocha Moya mencionó que hay una alta probabilidad de que el suceso se tratara de una operación de reclutamiento forzado por parte de grupos criminales.