El general Francisco Jesús Leana Ojeda, quien se desempeñaba como mando en la Tercera Región Militar con sede en Mazatlán, Sinaloa, fue relevado de su cargo y enviado al centro del país por órdenes de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Su traslado fue concretado en una ceremonia el pasado 2 de octubre, cuando rindió protesta como comandante de la Primera Región Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la cual abarca la Ciudad de México, el Estado de México, Hidalgo y Morelos.
Su lugar en la Tercera Región Militar —que comprende los estados de Sinaloa y Durango— fue ocupado por Guillermo Briseño Lobera, quien asumió el cargo el 4 de octubre y prestó juramento ante el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya; el secretario de Seguridad Pública, Gerardo Mérida Sánchez; y la fiscal general, Claudia Sánchez Kondo.
Leana Ojeda, quien ostenta el rango de general de División Diplomado Estado Mayor, captó la atención de la prensa nacional el pasado 16 de septiembre, cuando señaló que el restablecimiento de la tranquilidad en Sinaloa no dependía de las Fuerzas Armadas, sino de los grupos criminales.
Los Chapitos y La Mayiza, facciones rivales emanadas del Cártel de Sinaloa, mantienen una violenta confrontación desde el 9 de septiembre que ha dejado más de un centenar de muertos. A una semana de que se desataran las hostilidades, Leana Ojeda encabezó una conferencia en la que también participaron Rocha Moya y el comandante de la Novena Zona Militar, el general de Brigada, Porfirio Fuentes Vélez.
En su papel como máxima autoridad militar en Sinaloa, el general Leana Ojeda fue cuestionado sobre el tiempo que tardarían las autoridades en restaurar la paz en la entidad. La respuesta del castrense generó una oleada de críticas y cuestionamientos:
“Queremos que sea lo más rápidamente posible, pero no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos, que dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la población en paz para que viva con tranquilidad”, manifestó el mando del Ejército Mexicano.
Ante tal declaración, un reportero presente en la conferencia insistió en el tema y cuestionó si la seguridad dependía de las organizaciones delincuenciales. La contestación del general fue: “Depende de ellos, ellos son los que quieren hacer las agresiones y ellos son los que están cobrando vidas, nosotros no, nosotros al contrario estamos acá para evitar que ellos tengan confrontaciones”.
Su reasignación a la zona centro del país ocurrió un par de semanas después de tal episodio, aunque se desconoce si ambos eventos tendrían alguna relación. A su llegada como comandante de la Primera Región Militar, se dio a conocer que su principal tarea es el combate a la delincuencia organizada con el apoyo de la Guardia Nacional y las policías estatales.