Cuál es la palabra del español que se puede decir, pero no se puede escribir

El castellano, popularmente conocido como español es un idioma complejo de aprender por sus variantes en los tiempos verbales

Las reglas gramaticales del español no permiten escribir un modo del verbo salir- (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los últimos días un video del empresario e influencer español Dan Berges revivió el debate entre usuarios de redes sociales sobre la única palabra en español que se puede pronunciar, pero es imposible de escribir.

El español presenta muchas más dificultades gramaticales que la mayoría de las lenguas. Mientras que otros idiomas carecen de género en los sustantivos o sus verbos irregulares tienen similitudes con el infinitivo, nuestra lengua cuenta con reglas diferentes que hacen que sea difícil de aprender hasta para los nativos

También está en constante cambio y al igual que todas las lenguas tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades de su contexto. Sin embargo, hay una palabra que puso en problemas a las academias lingüísticas al no poderse escribir.

La excepción a la regla de la segunda persona del imperativo

La Real Academia Española (RAE) explica a detalle el peculiar caso de la palabra "salle". (Real Academia Española)

La palabra imposible de escribir es “salle”. La unión de la forma verbal sal, como imperativo del verbo salir, con el pronombre enclítico “le”. Aunque podemos decir “sal-le” sin problemas, las reglas ortográficas de nuestro idioma no nos permiten escribirla de la misma manera. Dicho de otra forma, podemos mencionarla en nuestras conversaciones pero hay que buscar alternativas a la hora de escribirla.

En 2019, el usuario de twitter @lamariteresa (actualmente X), preguntó directamente a la cuenta oficial de la Real Academia Española sobre esta problemática.

“Me acabo de dar cuenta de que no sé cómo escribir el imperativo de la 2da persona del verbo ‘salir’ busco en internet y dicen que es la única palabra en español imposible de representar por escrito. ¿Es cierto? ¿Hay alguna forma correcta?”

Por lo que la cuenta de la academia explicó el inconveniente de conjugar la palabra “sale” en ese contexto

“Esa forma de imperativo con sujeto «tú» es «sal»: «Sal de ahí ahora mismo»; lo que no es posible es usarlo con un pronombre enclítico de tercera persona (como *«Salle a encuentro»), pues en español la secuencia «ll» forma un dígrafo que representa un solo fonema”, respondió la cuenta oficial de la Real Academia Española, @RAEinforma.

¿En qué contexto se puede decir la palabra que no se escribe?

Algunas palabras cotidianas pueden no estar reconocidas por la RAE - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque esta peculiaridad lingüística no se ha podido resolver, es preciso señalar que los contextos en los cuales puede surgir cotidianamente es casi impensable, pues primero hay que terminar de entender de dónde surge.

El imperativo es un modo verbal del español (junto con el indicativo y el subjuntivo) que sirve para expresar órdenes, consejos o hacer peticiones de forma directa a uno o varios interlocutores.

Al utilizarse el imperativo en segunda persona el verbo pasa a tener un “le” al final para puntualizar la acción, por ejemplo de decir “camina” pasa a decir “camínale” o en vez de ordenar “escribe” pasaría a decirse “escríbele”.

Una vez entendido cómo funciona esta instrucción, se comprende que al ordenarle a alguien la acción de salir, se puede decir “sal-le”, pero al escribirse se le tendría que agregar obligatoriamente el “le” al verbo, por lo que se escribiría “salle”, palabra que al leerse es imposible de interpretar con el sentido en el que se escribió.

¿Existe solución al problema?

En su momento se discutió en las academias de la lengua la posibilidad de agregarle un guion entre las letras l para evitar la pronunciación del dígrafo, pero se terminó por descartar y esta situación quedó como un caso aislado.

En Latinoamérica este problema pasó completamente desapercibido debido a que en los países hispanohablantes se tiene normalizado el uso de la palabra “salte” para referirnos al imperativo en segunda persona, a pesar de que este modo no está respaldado por la RAE.