Acompañada de tres paramédicos, en silla de ruedas y con oxígeno. Así llegó este 1 de octubre Ifigenia Martínez al Palacio de San Lázaro para entregar la banda presidencial a la nueva titular del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum Pardo.
Vestida con un traje naranja y una frazada, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados hizo su mayor esfuerzo para ponerse de pie y realizar el protocolo establecido.
Apoyada del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, retiró la investidura presidencial e hizo entrega de ella a la también exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.
“Apenas me puedo sostener”, confesó.
Derivado de su delicada situación médica, la mujer de 94 años de edad no pudo emitir el conciso, pero significativo, discurso que tenía planeado. A continuación lo compartimos.
“La culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres”
Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer Presidenta de México.
Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.
Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1988, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.
Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una Presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la banda presidencial a la primera presidenta es uno de los mayores honores de mi vida.
Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia.
Hoy, las mujeres, junto a los hombres, estamos listas para continuar construyendo el país que soñamos. El de un México libre e igualitario. Un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción, para convertirse en norma.
Desde esta soberanía, le decimos que no está sola. Que la lucha por la justicia y por la igualdad es de todas y de todos. Y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición. Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos.
Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.
Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres. Sigamos dejando huella.
Cabe recordar que, por mayoría de votos, Ifigenia Martínez fue elegida como la presidenta de la Mesa Directiva para el primer año de ejercicio legislativo en agosto pasado. Por ello, le correspondía entregar la investidura presidencial a Sheinbaum Pardo.