De acuerdo con el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), el estrés laboral tiene que ver con la creciente presión que el entorno del sector puede provocar por la saturación física y/o mental del trabajador.

Lo anterior, puede generarle diversas consecuencias que no sólo afectan la salud, sino también su entorno más próximo ya que genera un desequilibrio entre lo laboral y lo personal.

• Reducción de productividad.
• Descenso en la calidad de vida.
• Problemas de salud física y/o mental (enfermedades).
• Trastornos de depresión y ansiedad.
• Problemas familiares.
• Riesgos de alcoholismo y otras adicciones.

A partir de lo anterior ha surgido una nueva modalidad que consiste en tomar tiempo libre del trabajo sin realizar una solicitud formal de vacaciones, la cual es aplicada especialmente por las generaciones más jóvenes quienes buscan desconectarse y relajarse sin informar oficialmente a sus empleadores.

Al parecer es algo típico de las nuevas generaciones -de cristal- que se caracterizan por ser más sensibles emocionalmente, menos tolerantes a la frustración y tienden a evadir el sufrimiento y el compromiso. Se trata de una alternativa que “refleja una creciente conciencia” sobre la importancia del descanso.

No obstante, dicha práctica puede resultar contraproducente: Los empleados pueden regresar al trabajo más agotados y con un mayor riesgo de desgaste profesional.

• Estrés y fatiga laboral. Muchos trabajadores, al no poder desconectarse adecuadamente, buscan momentos de descanso no autorizados.
• Falta de flexibilidad. Las políticas rígidas de las empresas dificultan el equilibrio entre la vida personal y profesional.
• Entornos laborales tóxicos. Se atribuye a ambientes laborales hostiles, donde falta apoyo de los líderes y las políticas de descanso son ambiguas.
• Inseguridad laboral. Algunos empleados temen que pedir días libres los haga parecer poco comprometidos, lo que los lleva a no solicitar formalmente sus vacaciones.
• Dificultad para desconectarse. Muchos sienten la obligación de estar disponibles incluso durante sus días libres, lo que impide una verdadera desconexión del trabajo.

Cabe destacar que en ningún apartado de la Ley Federal del Trabajo considera u oficializa dicha práctica, no obstante, recientemente fueron reformados los artículos 76 y 78 de la misma, cuyo periodo vacacional de autorizado para los trabajadores mexicanos se duplicó.

Tras la modificación ahora los empleados tienen derecho a 12 días de descanso continuo después de su primer año laboral, en lugar de los seis días que anteriormente tenían derecho.

“Las personas trabajadoras que tengan más de un año de servicios disfrutarán de un periodo anual de vacaciones pagadas, que en ningún caso podrá ser inferior a doce días laborables, y que aumentará en dos días laborables, hasta llegar a veinte, por cada año subsecuente de servicios. A partir del sexto año, el periodo de vacaciones aumentará en dos días por cada cinco de servicios”, refiere la ley.