Aunque probablemente en la juventud no pensamos en esto, si tienes algún adulto mayor a tu cargo sabrás que el tema del baño requiere ciertas consideraciones especiales durante esta etapa de la vida.
Y es que sin duda al envejecer requiere realizar ciertos ajustes, tal como ocurre con la hora de ducha, debido a que se vuelve un momento en que puede incrementar el riesgo de accidentes y incluso puede resultar algo perjudicial si no se realiza de manera correcta, tal como lo señalan especialistas del Servicio de Geriatría, Heridas y Cicatrización del Hospital Rothschild en París, Francia.
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Y es que de acuerdo la Dra. Sylvie Meaume, dermatóloga y jefa de la unidad, con la edad la piel humana se vuelve más delgada y sensible por lo que el hábito de bañarse a diario podría no ser necesario y, en ciertos casos, incluso perjudicial, especialmente para los adultos mayores.
La especialista explica que lo anterior se debe a la fragilidad que suele tener la película hidrolipídica en este sector de la población, la cual es una barrera natural que protege la piel y mantiene su hidratación pero que se debilita con el paso del tiempo, lo que hace que la piel sea más propensa a resecarse y a perder su capacidad de defensa contra agresiones externas.
En este sentido, el lavado excesivo o agresivo puede agravar este deterioro, potenciando la pérdida de hidratación y aumentando el riesgo de irritaciones e infecciones.
La Dra. Meaume sugiere un enfoque equilibrado para la higiene personal después de los 65-70 años en el que recomienda enjuagar el cuerpo diariamente pero utilizar jabón solo cada tres días y siempre evitando frotar la piel con fuerza.
Este método permite mantener la higiene sin comprometer la integridad de la piel. Sin embargo, enfatiza la importancia de limpiar diariamente áreas específicas como el rostro, las axilas, los genitales y los pies para prevenir infecciones y asegurar el bienestar general.
Qué medidas de seguridad deben tener los baños para adultos mayores
Además de lo antes mencionado por la especialista, para garantizar la seguridad de los baños para adultos mayores existen ciertas medidas que se pueden llevar a cabo, entre las cuales se encuentran los siguientes:
- Barras de apoyo: Colocar barras de apoyo en áreas clave como la ducha, el inodoro y cerca del lavabo ayuda a prevenir caídas.
- Antideslizantes: Utilizar alfombras antideslizantes en el piso de la ducha y en las zonas del baño donde pueda haber agua aumenta la seguridad.
- Iluminación adecuada: Contar con una buena iluminación, incluyendo luces nocturnas, reduce el riesgo de tropezones y caídas.
- Altura del inodoro: Optar por inodoros de altura elevada (45-50 cm) facilita el uso y minimiza el esfuerzo al sentarse o levantarse.
- Ducha a nivel del suelo: Las duchas a ras de suelo eliminan el riesgo de tropezones al entrar y salir.
- Asientos de ducha: Instalar asientos abatibles dentro de la ducha proporciona un lugar seguro para sentarse mientras se baña.
- Accesibilidad del almacenamiento: Disponer de estantes y armarios a una altura accesible reduce la necesidad de estirarse o agacharse.
- Controles de agua térmica: Instalar válvulas termostáticas o reguladores de temperatura en la ducha y el lavabo ayuda a prevenir quemaduras.
Implementar estas medidas puede crear un ambiente seguro y cómodo para los adultos mayores, promoviendo su independencia y bienestar en el baño.