Nacho Lozano, periodista y comunicador, publica su nuevo libro Macho Menos, un texto que, a través de entrevistas, recopila la voz de mujeres de diferentes ámbitos: periodistas, actrices, familiares de víctimas, sobrevivientes de violencia, madres buscadoras, artistas y un largo etcétera.
El autor platicó con Infobae México y nos contó que su libro habla, desde las opiniones de las mujeres, sobre “machismos, sobre las ideas que los hombres podemos tomar para inspirarnos y crear una masculinidad que no sea violenta, ni agresiva, que no ponga el riesgo los derechos de las mujeres, ni las libertades, que nos permita encontrar lugares en común para discutir los feminismos y ser, si ellas están de acuerdo, sus aliados”.
Por supuesto, el texto habla de la importancia de la deconstrucción, especialmente en hombres. El autor explica: “Hay que deconstruir esos modelos, esas conductas, esas palabras y esos lenguajes, y esos privilegios. Cuando te deconstruyes te queda la oportunidad de pensar en cómo educar a un hijo a partir de la igualdad y la equidad, cómo protestar ante los privilegios de los hombres que afectan a las mujeres en el trabajo, en la escuela, en la vida pública y privada”.
‘Macho Menos’: una reflexión sobre el lenguaje que abre un libro que crece página a página
Macho Menos comienza con un apartado muy interesante acerca del valor que le damos a las palabras. Para explicar el machismo implícito que hay en nuestro lenguaje, Nacho Lozano aborda la forma en la que los mexicanos usamos palabras tan elementales como madre y padre. Mientras que hay usos grandilocuentes para la palabra padre, pasa lo contrario con madre: es algo chiquito, o algo que está roto o algo que tiene poco valor; como ejemplo frases como: “¿Cómo se llama esta madre?, “Es una madrecita”, “Me vale madre”.
Nacho Lozano explica: “El lenguaje puede ser el primer eslabón de una cadena que termina en violencia contra las mujeres. Si te refieres a ellas en el lenguaje que genera odio, discriminación, que las estigma, pues tu conducta será consecuente con tus palabras. En la cultura mexicana tenemos muchas palabras que damos por normales, que damos por buenas y que provocan todo eso en las mujeres. El 10 de mayo nos ponemos la máscara de los hijos que le agradecen a la madre sacrificada, el resto del año utilizamos esas palabras y ese lenguaje”.
En palabras del autor, a los hombres nos educan para no parecernos a nuestras madres, para ver aquello como negativo, como algo de lo que la masculinidad se debe de alejar: “Hay voces en el libro que me dicen que los hombres en México están educados para no parecerse a la madre: para no ser femeninos, para no hablar como la madre, para no llorar como un hombre vulnerable, para no parecerse a ella. Eso se vuelca en lo público, en lo político, en lo judicial, en lo empresarial, en lo artístico, cultural, en los medios de comunicación, prácticamente en todo”.
Pero las palabras, que Nacho Lozano describe como “plastilinas que se van moldeando a la cultura”, es apenas el principio de Macho Menos. El libro crece temáticamente página tras página. El autor pasó tres años en la construcción del texto, compaginando su tiempo con su trabajo como periodista, organizando, entrevistando, leyendo, investigando, dándole forma a todo.
Nacho Lozano: su objetivo con ‘Macho Menos’ y el papel de los hombres ante un mundo cada vez más feminista
Escritor de otros libros como Mariguana a la mexicana, Queremos Mota y El priista que todos llevamos dentro, Nacho Lozano tiene clara su misión con Macho Menos: no busca cambiar la idea que cada hombre tenga sobre su masculinidad, tampoco pretende educar a nadie. Explica:
“Mi chamba como periodista es preguntarle a las mujeres, hacer mi investigación, para que se vuelvan ideas que tú, que yo mismo o quien decida leerlo, sea hombre o mujer, pueda considerarlo una inspiración, como un camino, un primer paso para un recorrido que cada quien tiene que dar, asumiendo la responsabilidad colectiva de un problema tan grave como los feminicidios, como la explotación sexual, como la misoginia, como la brecha salarial”.
En el feminismo, las mujeres están en la primer línea de batalla, ¿pero cuál es el papel de los hombres? Nacho Lozano responde claro:
“Informarnos y educarnos, dejar de ser machos, comprometernos con la educación de los menores en casa para que se eliminen las violencias y haya respeto entre los géneros, preguntarles a las mujeres si podemos ser sus aliados, ellas decidirán, y lo más difícil: renunciar a privilegios”.
El autor no sabe qué pasará en el futuro, pero tiene bien entendido el presente: libertades y derechos de las mujeres están siendo amenazados, por lo que el feminismo, el movimiento social que él más admira, es más necesario que nunca. Macho Menos ya está disponible en las librerías de México.