Cae “Fernandito”, líder de la Unión Tepito y socio del Chorí; extorsionaba a comercios en el centro de CDMX

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CDMX) capturaron a un importante objetivo criminal que realizaba extorsiones y cobro de piso a comerciantes en el centro de la capital mexicana. Se trata de Fernando Néstor Sánchez Medina, alias Fernandito, líder de una célular del Cártel de la Unión Tepito, quien respondía directamente a Eduardo Ramírez Tiburcio, alias El Chori, otro de los líderes de la organización criminal.

De acuerdo con las autoridades de seguridad capitalinas, el arresto del Fernandito se dio como resultado de trabajos de investigación de gabinete y campo, así como de recorridos de seguimiento en la alcaldía Xochimilco, donde personal de la SSC detuvo a este cabecilla criminal vinculado a los delitos de extorsión, cobro de piso, homicidio y venta de droga.

Los policías capitalinos realizaron vigilancias fijas y móviles, con las que se pudo saber la zona de movilidad y el refugio del Fernandito, por ello, se incrementaron los recorridos de reconocimiento en la colonia Barrio 18 de la alcadía ubicada al sur de la capital.

En la calle Canal 27 fue donde los oficiales observaron e identificaron a este sujeto, de 29 años, a quien le hicieron una revisión preventiva, en donde le hallaron 100 dosis y una bolsa parecida a la cocaína, 20 envoltorios de marihuana, dinero en efectivo y un equipo telefónico.

Tras su captura, autoridades de la capital mexicana indicaron que El Fernandito tiene otros ingresos al Sistema Penitenciario de la Ciudad de México en el año 2015 por robo agravado calificado; además, cuenta con una orden de aprehensión vigente, librada por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) por homicidio calificado.

Este líder de una de las facciones del Cártel de la Unión Tepito también fue detenido el 11 de abril de 2022 por portación de arma de fuego, contra la salud y cohecho en la alcaldía Álvaro Obregón.

Le aseguraron una pistola con diez cartuchos, una charola negra emplayada con aproximadamente cinco kilogramos de marihuana, una bolsa transparente 250 gramos de cocaína y un cuadro con un kilo de cocaína, además de un vehículo con reporte de robo y placas de circulación del estado de Morelos.

En este arresto, ofreció dinero a los uniformados para evitar ser trasladado ante el agente del Ministerio Público en esa ocasión. Todavía se desconoce por qué fue liberado.

Eduardo Ramírez Tiburcio, El Chori, intentó ocultar su identidad al momento de su detención ocurrida el lunes 18 de marzo usando el nombre falso Juan Manuel Bernal, sin éxito.

La operación que llevó a su captura en un domicilio en la colonia Héroes de Padierna, ubicada en la alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México.

“El Chori” era considerado uno de los líderes más prominentes del Cártel de La Unión Tepito, enfrentaba desde hace años una intensa búsqueda por parte de las autoridades.

Durante su tiempo como fugitivo, adoptó medidas extremas para evadir la justicia, como cambiar su apariencia física, dejando crecer su cabello y barba para no ser reconocido fácilmente. Se ofrecían hasta cinco millones de pesos como recompensa por información que condujera a su arresto.

Tras su captura, fueron incautadas varias posesiones: drogas, un arma de fuego y dinero en efectivo. La captura de El Chori representó un golpe significativo contra el crimen organizado en la capital mexicana, especialmente para La Unión Tepito.

Ramírez Tiburcio ya había tenido encuentros previos con la justicia y había sido encarcelado en ocasiones anteriores, pero esta captura destaca tanto por la atención mediática que atrajo como por la recompensa ofrecida.

El Chori se había erigido como una figura predominante dentro del cártel, controlando múltiples aspectos del negocio ilícito y consolidando su reputación como un líder formidable.

Entre las actividades criminales más destacadas de El Chori estaba el narcomenudeo, que le permitió establecer control sobre la distribución de sustancias ilícitas en varias alcaldías de la capital. Este negocio no solo implicaba la venta de drogas, sino también la ocupación ilegal de predios y el control de establecimientos nocturnos.

Además de su papel en el tráfico de drogas, fueron numerosos los crímenes atroces que se le atribuyeron, incluyendo feminicidios, secuestros y asesinatos.

En su intento de expandir el alcance y control del cártel, El Chori también estuvo fuertemente vinculado a actividades de extorsión, particularmente contra comerciantes del Centro Histórico de la Ciudad de México. Con la ayuda de la intimidación y la violencia, lograba imponer “impuestos” a los negocios de la zona, impactando profundamente la economía local y la vida cotidiana de los afectados.