¿Cómo detectar fugas de agua en casa y qué herramienta usar?

Las fugas de agua se presentan principalmente porque la cañería se rompe o se fisura y los motivos pueden ser muchos como, por ejemplo, un fuerte cambio de presión, desgaste de los materiales de la instalación o porque algún objeto se atascó en el ducto.

Otra causa puede ser un movimiento telúrico, una tormenta, o un huracán pero Flor Mireya López Guerrero, investigadora del Instituto de Geografía, asegura en la revista Global UNAM que el 40 por ciento de las fugas en la CDMX son causadas por dislocaciones de la tubería, las cuales se producen con los sismos o terremotos.

La experta también señala que si se renovara la infraestructura se disminuiría la pérdida de agua pues muchos ductos se construyeron hace más de 100 años. “40 por ciento del agua que abastece a la Ciudad de México se pierde en fugas, no nada más por la cuestión sísmica, sino por la falta de renovación de la infraestructura. Tenemos tuberías que fueron hechas desde el porfiriato y muchas no se han cambiado”.

Las principales señales de que hay una fuga son que el tinaco se vacía sin utilizar agua, la bomba se enciende en todo momento, hay humedad en las superficies o abultamientos, el recibo llega con un precio muy elevado o si es evidente que el inodoro desprende agua constantemente, por mínima que sea la cantidad, es importante resolverlo a la brevedad, pues eso puede generar estragos severos.

En cuanto se percibe alguna o varias de estas circunstancias, el detector de fugas es una herramienta que puede ayudar a resolver de manera eficaz el problema.

Estos instrumentos captan señales acústicas a través de un sistema ultrasónico, por lo que cualquier goteo, por mínimo que sea, aparecerá; los detectores tienen un sensor acústico que transmite el sonido hacia una pantalla que muestra una luz y no deja de activarse hasta que cesa la pérdida de agua en la zona sobre la que se coloca.

Algunos modelos de los detectores pueden estar con o sin cable y es posible que funcionen con baterías o conectándose directamente a la corriente eléctrica.

Lo que se debe hacer es colocar el cable detector en el lugar deseado, en algunos casos incluyen cables secundarios que sirven para alargar el inicial, haciendo posible una revisión más amplia.

Cuando el aparato es una versión inalámbrica, debe colocarse en la zona que se quiere analizar. También es posible revisar aparatos electrodomésticos por sospecha de fuga colocando simplemente el detector cerca del artefacto.

Rotoplas, una empresa dedicada a la fabricación de tanques de almacenamiento y filtración de agua, señala que es posible clasificar las fugas por su gravedad, colocando en primer lugar las fugas que pasan desapercibidas. En muchas ocasiones las tuberías se han fisurado o roto dentro de las paredes años atrás y cuando repentinamente sube el recibo del agua es porque la fuga ya está avanzada.

Por lo que sugieren que en estos casos se revise toda la tubería ya que puede haber más de una fuga. Una vez identificada la fractura, debe repararse lo más pronto posible.

Las fugas que generan humedad son aquellas en las que el agua se filtra rápidamente, se presentan manchas de color verde, café o negro y generalmente se localiza en el área detrás de la humedad. Pese a que son fáciles de identificar, la reparación es tardía y costosa, pues el daño causado por la humedad, puede extenderse por otras zonas si no se repara inmediatamente, provocando daños estructurales que, en algunos casos son muy graves.

Fugas de gran volumen: son las más aparatosas, y de no repararse a tiempo, pueden derivar en encharcamientos, y en el peor de los escenarios, en inundaciones. Este tipo de fugas generan mucho ruido, debido al importante caudal de agua que conducen, por lo que su detección es relativamente sencilla.

La manera más sencilla y eficaz de detectar una fuga es observando las superficies pero en caso de no identificarla y tener dudas sobre la inspección, se puede llamar a alguien especializado en